EuroCelta: 0 - Prólogo; Introducción

EuroCelta: 0 - Prólogo; Introducción

{Prólogo}

Decía Albert Camus que lo que más sabía acerca de la moral y de las obligaciones de los hombres se lo debía al fútbol. Aunque debo reconocer que me molesta un poco empezar este artículo con una frase tan manida, ¿qué sentido tiene dar más vueltas para intentar decir lo mismo de forma diferente cuando ya lo ha articulado él tan acertadamente?


El caso es que es cierto: el fútbol (como el deporte, o toda actividad humana organizada) no dejan de ser un reflejo de su gente. Yo, por ejemplo, que soy de Vigo y, por tanto, del Celta, siempre he pensado que no hay etapa de mi vida que no se pueda definir con una temporada de mi equipo. Es más, sea casualidad, autosugestión o cuestión de que exista algún tipo de causalidad, a menudo han ido ligadas de alguna manera. 


La temporada del EuroCelta 25-26 no implica tanto que a mí me vaya muy bien como que está siendo una época ajetreada en las tres competiciones (salud, dinero y amor). El mismo fin de semana en que el Celta se clasificó para la Europa League, yo tuve que hacerme un accidentado Ámsterdam - Madrid para poder llegar al partido. Dado que jugábamos fuera de casa, no se nos ocurrió otra cosa a los vigueses que llevar la ciudad (su gente) al Coliseum. Como Mahoma: ya que el partido no vino a Vigo, Vigo fue al partido. Medio estadio quedó teñido de celeste, como atestiguan el fondo norte al completo y parte del resto de gradas, menos afortunadas. Cantando “que bote Balaídos” quisimos reivindicar nuestra conquista.



Y como ya se sabe que no hay “mal" que por bien no venga, este acontecimiento futbolístico supuso un condicionamiento de mi vida en los meses que venían: en un alarde de nostalgia, hacía un año había prometido a mis amigos acompañar al equipo en todos sus partidos la próxima vez que nos clasificáramos para una competición europea (que, por aquel entonces, veíamos más como una utopía que cualquier otra cosa; cuidado con lo que deseas, decían). No es que me disguste la perspectiva de una temporada europea; pero tengo una promesa que cumplir, y mi economía y rutina, si pudieran hablar por sí mismas, supongo que estarían gritando.


Me gusta imaginarme aquí como un reverso tenebroso del Rey Midas. Él se hizo inmensamente rico al poder convertir en oro todo aquello que tocaba, pero pronto se dio cuenta de que su nuevo poder también implicaba renunciar a la vida (pues todo lo orgánico (comida, personas), también se transformarían en oro). Yo, al contrario, me he dado cuenta rápido de que mi nuevo poder significa que voy a perder mi capacidad de ahorro durante unos meses. Sin embargo, la experiencia promete ser impagable (figuradamente hablando).

{Introducción}

En honor al hilo que une mi vida con el fútbol, la temporada europea solo podía comenzar con un verano europeo. Aquí no existe una causalidad celeste directa (sino otra manifestación más de dicho hilo), pues se ha convertido en una especie de tradición con un grupo de amigos el hacer un viaje veraniego vertebrado por potenciales partidos de previa de competiciones europeas y de ligas extrañas con calendarios aún más extraños.


Acabamos diseñando una ruta que dice así: Edimburgo, Glasgow, Belfast, Derry, Dublín. Cinco ciudades, dos islas, dos países (con matices), un ferry y tres potenciales partidos: un Rangers - Panathinaikos en el Ibrox Stadium, un Cliftonville - Shamrock Rovers en el Solitude y un Derry City - Bohemians en Brandywell. 

{Edimburgo, Glasgow}

Edimburgo es una ciudad preciosa y con muchas cuestas que me hizo sentir como en casa (si habéis estado en Vigo, lo entenderéis). Sin embargo, para el caso que nos ocupa, Glasgow, a pesar de ser menos bella, nos interesa un tanto más por ser la casa de Celtic y Rangers. 


En el norte de las islas, es completamente imposible separar el fútbol (o cualquier otra cosa) de la cuestión protestante-católica y el conflicto entre pueblos. No se puede entender al Celtic sin su parte católica y pro-irlandesa, ni se puede entender al Rangers sin su parte protestante, fiel a la Corona Británica; y, desde luego, no se puede entender la rivalidad entre ambos sin poner esto en el centro. 


Acercarse a Ibrox, el estadio de Rangers, es una lección de geopolítica escocesa, británica y escocesa. La primera en la frente: las banderas británicas e israelíes, colgando juntas. Gorras de “Make Rangers Great Again” o ya, directamente, la de “Make America Great Again”. 




La simbología del Rangers tampoco denota mucha simpatía por sus rivales del Celtic: en los alrededores, muchas banderas y pegatinas con una imagen de un ex-entrenador del equipo, con una escopeta, apuntando. “Take aim at the rebel scum” (apunta a la escoria rebelde). Muy fraternal. 




Pese a ser un martes y una previa de Champions, había un gran ambiente y el estadio estaba a rebosar. Enfrente, el Panathinaikos. Los primeros 30 minutos prometían una victoria visitante: los griegos parecían varios niveles por encima de los escoceses. Sin embargo, caprichoso como es el fútbol, el gol visitante no quiso llegar y los locales llegaron vivos al descanso. Y claro, no podía ser de otra manera: un chaval de la cantera, Findlay Curtis, que apenas había jugado y que había salido titular pero hecho un partido bastante malo, se cascó un golazo minutos después de volver al campo. Un rato después, segunda amarilla y expulsión para los griegos. Otro gol en el 78’ terminó de cerrar el partido. 




Rangers 2-0 Panathinaikos

Ibrox Stadium

Previa de Champions League (ida)

22/7/2025


(La vuelta en Grecia terminó 1-1 y el Rangers acabó llegando a la final de la previa de UCL solo para terminar perdiendo contra el Brugge con un terrorífico agregado de 9-1).


Al salir del partido, vimos cómo unos encapuchados de negro, del Rangers, le pegaban una paliza a un aficionado del Panathinaikos. Imagino que la tendencia izquierdista de sus ultras, el trébol de su escudo y su color verde y las banderas de Palestina que llevaban los griegos no ayudaron a la amistad entre ambas aficiones. 




Aunque no hubiera partido, tampoco podíamos dejar de visitar el legendario Celtic Park. A la salida, se estaba jugando, enfrente del estadio, una amistosa pachanga entre aficionados del Celtic y aficionados del Rangers. Pedid un deseo (el mío, volver algún día para un Celtic - Celta). 

 
  

{Belfast}

Llegamos a Belfast cruzando el Canal del Norte en ferry, que es, si me preguntan, una de las formas más bonitas de viajar. Solo un dato podía mejorarla: Belfast es la ciudad en que se construyó el Titanic. 


En cualquier caso, hubiera cambiado la famosa escena de Di Caprio y Kate Winslet por la posibilidad de ver un Cliftonville - Shamrock Rovers de Previa de Conference League sin pensármelo dos veces. Sin embargo, el Cliftonville falló estrepitosamente en su cita previa con el St Joseph's, un equipo gibraltareño que no era, desde luego, el favorito para pasar. Monitorizando el partido de ida, un par de semanas antes, qué feliz nos hizo ese 0-1 del Cliftonville en Gibraltar. Qué bella se veía la vida y qué mala idea es empezar un partido dando por hecho que lo vas a ganar. Nunca sale bien. Una roja directa y un doblete de Álvaro Rey, ex deportivista y ex racinguista, en la ida, así como otra expulsión y tres goles visitantes en la vuelta, acabaron con nuestros sueños. 


St Joseph's 2-2 Cliftonville

Victoria Stadium

Previa de Conference League (ida)

08/07/2025


Cliftonville 2-3 St Joseph's

Solitude Stadium

Previa de Conference League (vuelta)

17/07/2025


No pudimos ver un partido en Belfast, pero sí pudimos recorrer la ciudad. Aquí, la cuestión protestante-católica está todavía más presente y divide la ciudad literalmente: aún hay un muro que separa el lado protestante del lado católico. Las casas y edificios siguen llenos de murales recordando la historia de ambos bandos


Del lado protestante recuerdo la sensación de un conflicto todavía muy vivo; los murales, explícitos y violentos, eran muchas veces perturbadores. A la entrada, una bandera liberal yanqui y una israelí. También, un mural de George Best y uno de la Selección de Irlanda del Norte.





En el lado católico recuerdo especialmente el mural de Kneecap (originarios de Belfast, así que no podía ser de otra manera) y un mural con un famoso poema palestino


Por lo reciente de su historia, los murales hacen de Belfast una ciudad particularmente expresiva. Se podría decir que, formalmente, una ciudad la componen sus edificios y calles. Sin embargo, aunque a veces se nos olvide, la ciudad es para la gente; no tiene otro propósito. Si una ciudad no tiene gente, no se le llama ciudad, sino ciudad fantasma. 


Con esto quiero decir que me gusta que las ciudades estén vivas. Y, cuando visito una ciudad, adoro buscar por sus calles las huellas de lo que ha ocurrido en ella. Una parte importante de esta actividad, en mi caso, es ir prestando atención a farolas y señales, que en jerga futbolística, solo puede significar una cosa: pegatinas. Me gusta pensar en ellas como un libro de visita de las ciudades. Aficionados de otros lugares del mundo viajan y dejan su firma a su paso en forma de pegatina. Por ejemplo, podemos saber que, algún día, aficionados burgaleses hicieron por Belfast el mismo recorrido que nosotros. Es casi mágico, como la prueba del carbono 14. 


Por ejemplo, delante de este mural católico podemos reconocer pegatinas de: Burgos, Osasuna y Celta (je).



También funcionan, cómo no, como signo identitario, de expresión y de reclamo de su espacio de la gente local. Reconozco haber sonreído al ver esta pegatina: 


{Derry}

Llegamos a Derry en tren. En Derry, hasta el nombre de la propia ciudad supone y denota conflicto: los nacionalistas irlandeses usan el nombre de Derry; los unionistas (con Gran Bretaña) se refieren a ella como Londonderry. 


También aquí, la ciudad se encuentra dividida entre irlandeses católicos y unionistas protestantes; sin embargo, en este caso, los segundos se encuentran en minoría. Derry es una colección de murales, banderas y eslóganes irlandeses, a pesar de pertenecer, formalmente, a Gran Bretaña (Irlanda del Norte). Para ejemplo: 



Además de otra lección de geopolítica e historia, Derry nos dio también un apasionante partido de la liga irlandesa, a la cual le agradecimos profundamente la extrañeza de su calendario. Porque, sí, aunque Derry formalmente sea parte de las islas británicas… juega la liga irlandesa. 


Este no fue un partido cualquiera, sino un apasionante Derry - Bohemians (no es broma; ahora mismo, serían segundo contra cuarto, respectivamente). Pero, lo que es incluso mejor, nos dio la oportunidad histórica de sublimar el meme y poder ver, fuera de un festival y en partido oficial, la camiseta visitante del Bohemians x Fontaines DC



Nuestra previa consistió, claro, en lo que debe consistir una previa en un partido tal: caminata hasta el estadio, paseo por las calles adyacentes, vuelta completa al campo y visita a la tienda. Parecía una previa normal; verán que las apariencias engañan. En cualquier caso, una vez más, una pegatina nos dice muchas cosas y a mí me saca una sonrisa: 




En la tienda, nos informaron de que Ronaldinho había marcado su primer gol con el Barça en este estadio. Sospecho que es un dato y un momento que siempre están felices de recordar. Además, como buenos locales, también nos hicimos con una camiseta para apoyar a mi ya club favorito de Irlanda.



Para acceder a nuestra grada (local), la seguridad nos hizo pasar, con nuestras camisetas ya puestas, por delante de la afición visitante del Bohemians. A estas alturas, esta inflamación puede parecer poco relevante, pero verán otra vez que las apariencias engañan.



El partido consistió en un típico y bonito 1-1 en el que empieza marcando el equipo local, que no consigue cerrar el partido para que, en el último cuarto, empate el equipo visitante. Esta historia la hemos visto ya muchas veces. Lo que yo no había visto tantas veces es una metralleta de bengalas, con una de ellas colándose al campo y obligando a parar el partido. No nos habíamos enterado, pero ambos bandos llevaban peleando todo el día y sembrando el caos



Ciertos chavales de negro se pasaron toda la segunda parte saltando los muros del campo para intentar seguir viendo el partido, a pesar de que los perseguía la seguridad del estadio (no me explico por qué), y acabaron viendo el empate de una forma, he de reconocer, muy carismática. Nosotros, por nuestra parte, también aprovechamos y nos comimos una hamburguesa (SCRAN - una de mis cuentas de Twitter favoritas). 



Derry City 1-1 Bohemians

Brandywell Stadium

League of Ireland Premier Division

25/07/2025


La vida nocturna de Derry nos deparó también varias sorpresas y varias sonrisas, una vez más.


 

{Bonus track: Dublín}

En Dublín no había fútbol™ pero sí dio la casualidad de que se jugaba la final del campeonato de fútbol gaélico de Irlanda entre los condados de Kerry y Donegal. Esto significó que toda la ciudad había sido conquistada por gente vestida exclusivamente de verde y amarillo (casualmente, ambos equipos llevan los mismos colores). 


Por desgracia, conseguir entradas es literalmente imposible a no ser que vengas de uno de los condados participantes. Ambos conjuntos reparten las entradas únicamente entre la gente adherida a los condados y a sus ligas locales: la final es exclusivamente de y para su gente, y nos parece bien. Kerry y Donegal tienen una población de 156,458 y 167,084 habitantes, respectivamente. Viajaron a Dublín y llenaron Croke Park un total de 82,109 espectadores. Aproximadamente, un cuarto de la población total de ambos condados. 


A pesar de no poder asistir al partido, no nos quedó otra que unirnos a la previa; hubiera sido criminal no disfrutar de un ambiente y una ocasión así. Un estadio lleno hasta la bandera y un ambiente precioso; canciones, gritos, gorros, bufandas, banderas, cerveza.



Como no podía ser de otra manera, acabamos viendo el partido por la tele en un bar con unas pints y aficionados de ambos equipos; otra experiencia imperdible. 


El visionado implicó, por supuesto, la lectura de varias páginas de wikipedia para aprendernos las reglas, aprender a interpretar el marcador, entender quién se enfrentaba a quién, el contexto y las circunstancias, así como un breve viaje por el fútbol gaélico en Galicia y España. Maravillosa sesión. 


Kerry 1–26 (29) - 0–19 (19) Donegal

Croke Park

All-Ireland Senior Football Championship final

27/07/2025


Y, una vez más, las implicaciones políticas del evento tuvieron a bien sacarme una sonrisa:



Y es que también es política cómo Irlanda ha reclamado su soberanía deportiva. Los deportes más populares en el país son el fútbol gaélico y el hurling, por delante los más ingleses fútbol y rugby. Pero incluso su fútbol™ lo han reclamado como propio, como atestiguan nuestra experiencia en Derry, también lleno hasta los topes, y este vídeo de Copa90, "We've taken back our football culture!" (hemos recuperado nuestra cultura futbolística). A través del deporte, vemos cómo los irlandeses están optando cada vez más por lo propio: sus propios deportes, sus propios equipos, sus propias ligas, su propia cultura. 


La misma organización del fútbol gaélico es una forma de hacer comunidad: la competición se estructura en una red de equipos locales, formados por jugadores que no pueden ser profesionales. Los clubes forman parte activa de la vida de su gente y son gestionados por ellos. Una vuelta a los orígenes del deporte, en que los equipos los formaban personas de una comunidad, comunidad que a su vez arropaba a su equipo. A veces, me da por pensar que no estaría mal que el fútbol™ volviera a acercarse más a esto. 


Para participar en el All-Ireland, los condados reúnen a los mejores jugadores de sus respectivos equipos. Es significativo que tanto Londres como Nueva York participen como condados: la historia de Irlanda es también una historia de migración. En eso, y en muchas otras cosas, gallegos e irlandeses somos iguales. No en vano, el fútbol gaélico es también muy popular en Galicia.

{Continuará}

Este viaje termina aquí, en Dublín. El viaje europeo continuará con, ahora sí, el EuroCelta.







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