Napoli v Inter con cuentas pendientes

Antonio Conte, con Kevin De Bruyne.

Probablemente el equipo más fuerte de Italia en el último lustro sea un Inter de Milán que casi todos los años ha peleado por el Scudetto, lográndolo dos veces, además de obtener por el camino varias veces la Coppa y la Supercoppa. A ello hay que sumar dos presencias en la final de la Champions, que mereció ganar al Manchester City en 2023 (aunque cayó 1-0), y la última, en la que fue arrasado por un pletórico PSG. Posiblemente el mayor antagonista del cuadro lombardo en estos tiempos sea el Napoli.

Primero fueron Osimhen, Kim Min-jae y Kvaratskhelia los que a las órdenes de Luciano Spalletti devolvieron la gioia (la alegría) a la ciudad partenopea al lograr el Scudetto más de tres décadas después de que Maradona les hubiera coronado por última vez. Hace unos meses, ya con Antonio Conte al mando de los Lukaku, McTominay y compañía, con una férrea defensa que consiguió echar el cerrojo hasta en 17 encuentros, gran Meret mediante, volvieron a coronarse para desesperación de un Inter que vio como se le escaparon 3 títulos en poco tiempo (4, si sumamos la Supercoppa que se les escapó cuando vencían 2-0 al Milan). Pese a la amplitud de su plantilla, el Inter pagó los estragos de jugar cada tres días y hasta el final todas las competiciones importantes, con algunas lesiones que les lastraron en los momentos culminantes, como Lautaro, Thuram, Dimarco y Dumfries. 

Saltando a la actualidad, el Napoli mantuvo todas las piezas importantes este verano, siendo Raspadori la única salida más o menos significativa si tenemos en cuenta que era el suplente de Lukaku (lesionado todo lo que va de curso 25-26). También se cerró el traspaso de Osimhen al Galatasaray, si bien el nigeriano ya había puesto rumbo a Estambul un año antes. No obstante, Conte podía estar más que satisfecho con las llegadas de Kevin De Bruyne, Højlund, Lucca, Elmas, Beukema, Noa Lang y Miguel Gutiérrez como incorporaciones más destacadas. Un indudable salto de calidad para la plantilla, ahora sí más extensa, con más alternativas respecto a las posiciones y posibles módulos tácticos.

Y cuando más felices deberían estar, los últimos días están siendo más que convulsos. Tras caer 1-0 en casa del Torino el fin de semana, cediendo así el liderato de la Serie A, el martes llegó la debacle en la Champions. Un gran testarazo de McTominay les adelantó a la media hora de juego, pero llegaron perdiendo al descanso. Al regreso del mismo, otro tanto les sentó como un tiro, lo que unido a la roja a Lucca (segunda expulsión de los napolitanos en dos salidas europeas) acabó derivando en un doloroso 6-2 para el PSV Eindhoven. Ello llevó a Conte a declarar tras el choque “si queremos crecer y construir algo que enorgullezca al Nápoles, debemos entender que necesitamos redescubrir el espíritu y la unidad que tuvimos el año pasado, con un solo objetivo en mente, sin metas personales ni egoísmos, sino con una sola visión: el Nápoles. El Nápoles y los napolitanos no deben ser engañados”.

Por su parte, el Inter comenzó de un modo un tanto apático su andadura en el Calcio. Es cierto que en la primera jornada goleó 5-0 al Torino, para encajar posteriormente una sorprendente derrota 1-2 ante Udinese, y perder luego el clásico ante la Juventus por 4-3, con remontada final bianconera culminada en el descuento. Desde entonces, los siete partidos disputados por los hombres de Cristian Chivu se han traducido en triunfos. Incluidos los tres de Champions, siendo así uno de los líderes de la competición. Antes de golear 0-4 al Union Saint-Gilloise en Bruselas, sumaron tres prestigiosos puntos a domicilio en Roma, otro de los equipos que compartía la punta del campeonato italiano con el Napoli, y que se ha visto alcanzado por el Inter tras el 0-1 nerazzurro en el Olímpico. En esa serie tan positiva, la Bienamada encajó tan solo dos tantos.

Pio Esposito (Inter) celebra su gol al Union Saint-Gilloise.

Así pues, este sábado dos dinámicas muy diferentes volverán a encontrarse en el Diego Armando Maradona. El curso pasado, sendos empates 1-1 en ambos envites certificaron la gran igualdad entre ambos, decidida con un único punto a favor del Napoli (que ojo, disputó 20 encuentros menos, sin contar ahí el Mundial de Clubes). Ahora, con un calendario más apretado, lesiones de por medio y una exigencia mayor, para el Napoli será una prueba de madurez enfrentarse a su más íntimo rival de los últimos tiempos, algo recíproco del lado interista. Sin duda, la tarde del sábado ofrecerá un choque más que interesante entre los dos últimos campeones de Italia, llamados ambos a pelear de nuevo por el título esta campaña (con permiso del Milan de Max Allegri, ahora mismo primero con un punto más).

Comentarios

Entradas populares de este blog

La tragedia del vuelo 764, 20 años después

Transformando escudos del fútbol argentino( tigre)

Llega la nueva Superliga Café Fútbol