Tarea titánica en Fortaleza
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| Martín Palermo, dirigiendo a Fortaleza en el Castelão. |
La primera vez que supe de Martín Palermo fue viendo su celebración sentado con las piernas cruzadas tras un golazo con Estudiantes de la Plata, equipo del que es hincha, a mediados de los años 90. Carismático y poderoso, llegaría tiempo después a Boca Juniors a petición del mismísimo Diego Armando Maradona, al que el Titán estaba muy unido. Tras triunfar en el conjunto Xeneize dio el salto a Europa, donde no le fue tan bien, con grave lesión incluida. El regreso a Boca fue tan triunfal como su anterior etapa, cerrando su carrera en 2011 tras ganar todo lo posible con el club porteño, del que es máximo goleador histórico.
No mucho después comenzó una carrera que le ha llevado por varias entidades en Argentina, Chile, Paraguay, México y ahora Brasil, donde recaló en Fortaleza a inicios del mes de Septiembre de este mismo año. Con el Tricolor de Aço comprometido con el descenso, el objetivo para el técnico platense estaba claro. En el nordeste se habían acostumbrado a pelear por los títulos los últimos años, por lo que este horrible 2025 resultaba chocante. Ubicados en la parte baja del Brasileirão desde el principio, sumaban tan solo 15 puntos en 21 jornadas al arribo de Palermo, a 7 de la salvación.
Dieciséis fechas después, acaban de salir de puestos de descenso a tan solo un partido para la conclusión del campeonato. Antes, la irregularidad fue la tónica en un conjunto que debía recomponerse a contrarreloj. El debut fue triunfal, ganando a Vitória en casa, pero cuatro derrotas en los siguientes seis partidos evidenciaban que quedaba mucho por hacer. Esa última caída se produjo ante Cruzeiro en octubre, y ya no volverían a perder. Tras derrotar a Flamengo, cuatro empates consecutivos tuvieron de todo. A Ceará y Santos les iban ganando. También a Grêmio, que le dio la vuelta. Más duro fue con Atlético Mineiro, que se adelantó 2-0 y 3-1, aunque un hattrick de Deyverson ante sus ex, con el último gol en el descuento, supo a gloria.
Quedaba lo más complicado, con una recta final repleta de retos. Comenzaron ganando 2-3 a Bahía, para sumar otros tres puntos fuera de casa ante RB Bragantino. Ya de vuelta al Castelão, batieron a Atlético Mineiro antes de vencer anoche, de nuevo en casa, a Corinthians. Un triunfo vital, sufrido, que por fin les ha sacado de la zona de descenso, si bien no están salvados todavía. Eso sí, su trayectoria y la situación de sus rivales invita al optimismo.
Al Fortaleza de Martín Palermo le queda una final para culminar su obra. Rendirá visita a Botafogo, ya clasificado para la próxima Copa Libertadores. ¿Acaso hay mejor lugar que Río para poner el broche de oro a una salvación?

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