Fútbol en tiempos de guerra
En muchas ocasiones, el fútbol es una de las pocas herramienta que los castigados habitantes del tercer mundo tienen a su disposición cuando necesitan un momento de felicidad y esparcimiento. En medio del sangriento conflicto que sacude a Irak, la Selección de este país obtuvo por primera vez en su historia la Copa Asiática. Tal como sucedió hace unos días, los festejos trajeron numerosas muertes y todo quedó empañado. Resulta aterrador para nuestros ojos ver a la gente festejando con sus fusiles en alto, pero esa es la realidad que vive Irak: cruel, triste y desgarradora. Pese a todo, todavía existen ánimos de celebrar en una tierra donde los explosivos son moneda corriente. Lo hacen de una forma un tanto particular: disparando frenéticamente al aire, pero esa es la única vida que conocen.
Dejando de lado las inevitables referencias a la situación en Medio Oriente y pasando a lo estrictamente futbolístico, Irak cerró una participación formidable en el torneo más importante del continente. Arrancó la Copa empatando en uno con el débil equipo de Tailandia. Más tarde logró una histórica victoria por 3-1 ante Australia y empató sin goles ante Omán. La primera ubicación en el grupo le posibilitó cruzarse con un rival muy flojo: Vietnam, al que los iraquíes derrotaron por 2-0 sin pasar sobresaltos. Las semifinales le pusieron enfrente a un histórico de la región como Corea del Sur, de deslucido rendimiento. Los penales llevaron a la final a los dirigidos por el brasilero Jorvan Vieira —quien anunció que no seguirá en su cargo—.
Así fue el camino de Irak hasta la definición del torneo. Arabia Saudita, habitual en los mundiales, era el rival. El partido arrancó friccionado, con demasiadas infracciones y muy pocas dosis de buen fútbol. Ambos equipos se preocuparon más por proteger el arco propio que por buscar la diferencia. En ese áspero contexto, Irak siempre era el que más inquietaba. Después de mucho trabajo, llegó la apertura del marcador. Un grueso error del arquero árabe posibilitó la aparición de quien se convirtió en la gran figura del torneo: Younis Mahmoud. El delantero aprovechó el descuido y mandó la pelota al fondo de la red con un cabezazo. Quedaban 19 minutos, pero la reacción del tibio conjunto verde nunca aparecería.
Con un plantel formado sobre la base del equipo que obtuvo el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Atenas, Irak consigue por primera vez en su historia la Copa Asia. Es un grupo de jugadores jóvenes, que sorprendió a muchos en el año 2004 y hoy vuelve a mostrarse. El próximo objetivo es evidente: llegar a Sudáfrica. Pese a todos los problemas que vive el país, es imposible quitarle a la gente de Irak la ilusión de una nueva participación en un mundial.
Dejando de lado las inevitables referencias a la situación en Medio Oriente y pasando a lo estrictamente futbolístico, Irak cerró una participación formidable en el torneo más importante del continente. Arrancó la Copa empatando en uno con el débil equipo de Tailandia. Más tarde logró una histórica victoria por 3-1 ante Australia y empató sin goles ante Omán. La primera ubicación en el grupo le posibilitó cruzarse con un rival muy flojo: Vietnam, al que los iraquíes derrotaron por 2-0 sin pasar sobresaltos. Las semifinales le pusieron enfrente a un histórico de la región como Corea del Sur, de deslucido rendimiento. Los penales llevaron a la final a los dirigidos por el brasilero Jorvan Vieira —quien anunció que no seguirá en su cargo—.
Así fue el camino de Irak hasta la definición del torneo. Arabia Saudita, habitual en los mundiales, era el rival. El partido arrancó friccionado, con demasiadas infracciones y muy pocas dosis de buen fútbol. Ambos equipos se preocuparon más por proteger el arco propio que por buscar la diferencia. En ese áspero contexto, Irak siempre era el que más inquietaba. Después de mucho trabajo, llegó la apertura del marcador. Un grueso error del arquero árabe posibilitó la aparición de quien se convirtió en la gran figura del torneo: Younis Mahmoud. El delantero aprovechó el descuido y mandó la pelota al fondo de la red con un cabezazo. Quedaban 19 minutos, pero la reacción del tibio conjunto verde nunca aparecería.
Con un plantel formado sobre la base del equipo que obtuvo el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Atenas, Irak consigue por primera vez en su historia la Copa Asia. Es un grupo de jugadores jóvenes, que sorprendió a muchos en el año 2004 y hoy vuelve a mostrarse. El próximo objetivo es evidente: llegar a Sudáfrica. Pese a todos los problemas que vive el país, es imposible quitarle a la gente de Irak la ilusión de una nueva participación en un mundial.
Comentarios
Me quedo con la reflexión de Mahmud: "Esta victoria es un gran regalo para Irak, esto es mucho más que fútbol. Tiene que ver los sentimientos humanos, con la necesidad de unirnos y superar nuestras diferencias religiosas y de cualquier tipo, como lo hemos hecho los futbolistas de esta selección".
No conozco el futbol de Irak, solo - como muchos - aprendi de Irak a partir de la invasión de prensa estadounidense.
Sin negar merecimientos a Alemania, espero que las teorias conspirativas que se oyen despues de ver documentales sobre el Mundial 90 (en plena unión de las Alemanias y caída hacia Oriente del Muro de Berlín era imposible que ALemania no festejara el mundial)que no tengan nada que ver con Irak y el intervencionismo estadounidense.
Buen post Garrincha.
Saludos de Buenos Aires!!!
Ojalá les alcance para clasificar al Mundial, aunque hay equipos como Bahrein, A.Saudí o Irán que se lo pondrán bastante difícil. No he mencionado a los China, Japon, Australia y Korea porque creo que se clasificación va por otro lado, aunque no estoy seguro del todo.
@ Calígula
Totalmente de acuerdo.
Eso sí, el post no es mío, sino de Ariel, compatriota tuyo ;)
Un saludo!
saludos
Un saludo cordial. B========D
De todos modos este post acerca de la victoria irakí es de Ariel, uno de mis compañeros junto a Mauricio.
Me alegro mucho de que te guste y espero que de veras te pases a menudo.
Un saludo!!
PD: ten cuidao con el ojo del Jose jajajajaja :D
Un abrazo Garricha.