Un lugar llamado Football

Hace unos meses, decidí realizar un viaje literario por la gran bretaña, rastreando las imaginarias (pero no por ellos menos visibles) huellas dejadas en el país por los inmortales héroes nacidos de algunas de las mejores plumas de la historia (si, esto puede tener doble sentido…o triple).

Así había principiado deslizándome por la campiña inglesa y su decadentes aristócratas de la mano de Waugh, no sin cierto temor, tras leer demasiado a Agatha Christie y empaparme en la filosofía de vida de Miss Marple, uno juraría que en cada una de esas deliciosas casas estilo tudor, se oculta algún olvidado crimen…

Luego ascendí las cuestas de las Highlands, acordándome de Sir Walter Scott (y de todos sus ancestros), mientras boqueaba medio helado en medio de la desolación.

Por fin, tras un garbeo rápido con el inimitable Jeeves en busca de los perdidos años 20 por algunas de esas ciudades-balnearios de la costa, me lance hacia lo que era en realidad la meta del viaje. Y desde el numero 221B de Baker Street partí hacia el suroeste ingles, al mágico Devon donde el sabueso de los Baskerville aterrorizaba los corazones de los lugareños surgiendo en mitad de la niebla de los pantanos, su fantasmal contorno sobre las eternas rocas del páramo infinito.

Y reconozcámoslo, el paisaje impresiona, Dartmoor, el parque nacional donde transcurren parte de las aventuras del gran Sherlock, es uno de esos lugares de la tierra donde, si nos ponemos pesimistas(o tal vez, siendo optimista, según se mire), podemos llegar a pensar que en realidad la civilización humana no es mas que un rasguño en la larga historia de la tierra, poco mas que lo que un insignificante y molesto mosquito significa para un viejo elefante lleno de arrugas…

Pero para disfrutar de los placeres de los lugares solitarios, conseguir la paz de espíritu solo accesible en ausencia de los agobiantes efectos de la sociedad, nunca debéis olvidar esta máxima: Viajad solos. Porque si no, os pasara como a mi, que compañeros con la sensibilidad poética de una zarigüeya os dirán que narices hacéis mirando piedras, que son todas iguales y que se están aburriendo mas que en un partido del Inter…con lo que, para evitar el riesgo cierto de linchamiento, lo mejor es retirarse a tiempo, hacia el interior de los protectores y húmedos muros de un pub…

-¿Se puede saber en donde carajo estamos? ¿Es que no sabes leer un mapa?
-Si me dices como hacerlo cuando la p…niebla no nos deja ver a cinco jodidos metros te lo agradecería.
-La culpa es tuya por traernos a este sitio de mierda, solo hay ovejas y rocas.
-Uff, de aquí salgo con reuma, entre la lluvia helada y la cochina niebla que te cala entero, bien Martín, la próxima vez que hables de visitar “bellos parajes” te pego una o…

Este era el amigable espectáculo que ofrecía el interior del coche en el que viajábamos, donde lo único caldeado eran los ánimos, porque la calefacción no funcionaba. Admito que podía entenderles, cinco horas triscando cual cabras por mitad de la nada para urbanitas como ellos era tal vez una prueba demasiado dura, y el andar perdidos por una carretera de cuarta que va hacia no se sabe donde, rodeados por una niebla infernal, y viendo que la noche se te echa encima…

Y fue así como entramos en Football.

Y casi salimos antes de darnos cuenta.

Y es que el lugarejo estaba compuesta por apenas unas docenas de casas entre muros de piedra, y una iglesia que parecía mas salida de la roca que construida con ella. Ah, y por supuesto, como no tardaron en descubrir mis amigos (expertos en encontrar el rastro de una cerveza a un par de millas, aunque lo cierto es que con lo reducido del pueblo, no tuvo demasiado merito esta vez) una linda taberna, The Tucker Arms.

Tras una abstinencia tan larga (lo menos llevábamos seis horas sin probar una gota de alcohol), rápidamente entramos en el pub, en busca de preciado liquido.

Pero…si entrar en un bar desconocido, lleno de parroquianos habituales, es de por si una experiencia algo traumática en ocasiones, hacerlo en una taberna de una diminuta y perdida aldea, con un conocimiento del idioma local cuanto menos rudimentario, eleva la dosis de shock unos cuantos grados.

Y es que las miradas que nos recibieron, no fueron precisamente de calurosa acogida. Hoscos rostros nos contemplaban entre el humo, detrás de sus jarras, sin un gesto de bienvenida, el silencio espeso parecía gritarnos que nos marcháramos. Incluso mis poco perceptivos compañeros parecían haber calado el ambiente, y casi se hubieran mostrado a favor de una retirada estratégica.

Suerte que uno es hombre de recursos. Con lentitud, me quite la bufanda, los guantes, el pesado abrigo y exclame: “ Come on the City, come on the Grecians”.

Y como por arte de magia, la atmósfera se transformo, los bebedores brindaron por nosotros, algunos se acercaron a estrecharnos las manos, el tabernero escancio unos buenos tanques de su mejor cerveza…para que digan que el fútbol no ayuda a mejorar las relaciones.

Vale, por si alguien no entiende lo que paso, aclaro que al entrar, y perspicaz que es uno, observe que todas las paredes estaban cubiertas de fotografías relacionadas con el Exeter City, club de la zona del que a la sazón me había hecho con una camiseta días antes...que llevaba puesta. Si es que el destino a veces, no es tan cabron como dicen.

Ah, entre trago y trago, y como no podía ser menos, fui desgranando el porque del nombre del pueblo, que me había dejado tremendamente intrigado, mientras mis amigos me ignoraban, enfrascados en una especie de concurso etílico con un par de muchachotes del pueblo(siento decir que el honor español quedo por los suelos ese dia, perdimos por goleada).

Y, atención, porque esto tal vez sea desconocido para la gran mayoría de futboleros del mundo, según la versión local, el nombre de nuestro amado deporte no viene de la simple unión de un pie(foot) y una pelota(ball), como todo parece indicar, según ellos, el termino procede del nombre del pueblo, al estilo de lo sucedido con el Rugby.

Lo explico con detalle, como un amable viejo hizo conmigo(conmigo y con seis cervezas). Football es una población fundada muchos siglos atrás. Sobre el nombre original, procedente del cornico antiguamente hablado en el país, existen varias teorías. Una apunta a un la geografía, Fuar barr (cima helada), otros al clima y el paisaje resultante, fo balla(muro mojado). Durante el romanticismo, surgió otra sin duda mas hermosa(y posiblemente por tanto, mas falsa), la que pensaba que en realidad los primitivos pobladores le dieron el calificativo de Fonn Bard(la canción del bardo). Mi preferida sin embargo, por sus connotaciones tan peloteras, es sin duda la que cree que el término original era Feur Bord, mesa de hierba, ¿no me diréis que no es una graciosa descripción de una campo de fútbol?

Al parecer, en los albores de la edad media, cuando normandos y sajones se tocaban la moral mutuamente(además de otras cosas), se desarrollo en esta población un deporte peculiar, en el que medio pueblo pugnaba con el otro medio para tratar de embocar un pellejo de vino en el pozo situado en mitad de la población, consiguiendo los ganadores como premio el solazarse una noche con las esposas de los perdedores. Desgraciadamente, tan curioso juego, tuvo diversos adversarios, por un lado la iglesia, a la que no agradaba precisamente esa liviandad de costumbres, y por el otro al señor feudal, debido a que cada una de estas contiendas dejaba tras de si un largo reguero de heridos, mutilados y mas de un muerto. Así que con el tiempo, consiguieron prohibirlo. Eso si, el germen de nuestro deporte había nacido, y aunque fuera de su lugar de origen, en otras poblaciones inglesas se comenzaron a disputar derivados del mismo, que varios siglos después, se considerarían los antecesores del fútbol actual.

Ni creo ahora, ni me creí entonces esta descabellada teoría, pero…¿y si hubiera algo de verdad?

Emocionado tras su sentido discurso(y achispado por el torrente de alcohol que circulaba por sus venas), el anciano se levanto, y me indico que le siguiera. Nos dirigimos hacia un rincón del local, y allí, deteniéndose junto a la pared, el hombre me señalo un cuadro.

Ralph Ronald Pollock. Tal era el nombre que aparecía en una pequeña placa en el marco, una figura de aspecto victoriano, de cuidado bigote y penetrante mirada.

-Este hombre, es el hijo mas ilustre del pueblo- exclamo casi llorando mi contertulio- El mas grande-.

No quería ser descortés, preguntándole el motivo de su grandeza, pero afortunadamente el viejo estaba dicharachero:
-Si ,todo el mundo sabe quien fue William Webb Ellis, pero…¿Quién se acuerda de nuestro querido Ralph?

Ellis, ellis…ah, el presunto creador del Rugby, cuando le dio por coger el balón con la mano y lanzarse a correr, pero…¿Qué tenia que ver R.R.Pollock con el? Ahora si que la curiosidad pudo con mi prudencia, y lo pregunte.
-¿Qué que tuvo que ver? Pues imagínese, ¿Quién creo que fue el jugador que le dio la tarascada que hizo caer a Ellis en su carrera? El buen viejo Ralph- Al decir eso, una lagrimita se deslizo por su arrugada mejilla- y no solo eso, sino que después le dio dos buenos sopapos, por listo.

No pude menos que reconocer que sin duda, el tal Ralph, fue un gran hombre, tomándome otra jarra en su memoria…a tu salud, Ralphy ;-)

Posdata: Que si, que todo esto no fue mas que un cuento inventado, pero…¿a que seria bonito que fuera cierto?

10 comentarios:

RDaneel dijo...

Otra vez me engañaste, como con el torneo de los mares....
Que bonita historia.

Alberto dijo...

Gran historia. Me ha gustado muchisimo.
Visiten el blog http://pinceladasdefutbol.blogspot.com
y comenten la entrevista a andrés de la quinta del buitre.

chimoeneas dijo...

bonita la historia!
las expresiones en córnico no son de verdad, no? :)

Alejandro dijo...

Me gusta mucho tu blog. Yo tengo uno en el que expreso mi opinion acerca de los distintos temas que forman parte de la actualidad del sevilla fc. Me gustaria que nos linkearamos.
Mi blog es este: http:/pasionsevillista.blogspot.com

Martín dijo...

@Chimo: Si que son de verdad, solo que no del Cornico,sino del Gaelico, con quien esta relacionado:

http://www.terra.es/personal5/gaidheal/leasain/vocab.htm

Andrés Romero dijo...

La verdad es que es un historia digna de ser contada. Bien por esta bitácora, que es la número uno en las mismas.


Un abrazo.

Giorgio dijo...

sobra la postdata, jeje!

saludos

Garrincha dijo...

Buenísimo el cuento, aunque sigue gustándome más el de la final de la Champions entre Chelsea y Atleti jajaja

chimoeneas dijo...

flipo, entonces, con tus conocimientos sobre el gaélico :o

Martín dijo...

Mis conocimientos del gaelico se limitan a buscar ese diccionario por internet...:-)