El primer equipo de Lieja

Nueva entrega de la serie sobre heráldica balompédica. Como siempre, recordar que tenéis la version original en El Enganche, aquí la versión del director, ampliada.

En la complicada Bélgica, tierra de chocolates, Cómics y enredos lingüísticos, la ciudad de Lieja destaca como uno de los principales pilares de Valonia, la zona francófona del país.

Ciudad de historia curiosa, tuvo por largos siglos (hasta la época de la revolución francesa) como gobernante a un príncipe-Obispo, siendo posteriormente la cuna de la industrialización Belga (y consiguientemente del movimiento obrero).

En el ámbito deportivo, es mundialmente conocida por la clásica más antigua del ciclismo, la Lieja-Bastogne-Lieja, un infierno sobre ruedas disputado desde 1892.

Y también es la cuna del primer campeón Belga de Fútbol (con una relación mas que casual con el mundo de las dos ruedas, por cierto).

Pero no, si alguien piensa que vamos a hablar del Standard, el actual poseedor del titulo y uno de los grandes del balompié nacional se equivoca. Nuestro interés se centra en el club decano de futbol de la ciudad, cinco veces ganador de la liga Belga (la inicial incluida, en 1896), el Royal F.C. de Liege.

Equipo de larguísimo recorrido, con 106 años de historia, es la matricula 4 del futbol belga, lo que quiere decir que fue el cuarto equipo en apuntarse en la federación de fútbol, algo de gran importancia en Bélgica por razones de prestigio.

Con dos periodos de esplendor (los últimos años del Siglo XIX, y los primeros cincuenta, mas algunas grandes actuaciones europeas en las décadas siguientes, como las semifinales de la copa de feria del 64, los cuartos de la UEFA del 90 o los de la recopa del 91), el Royal (añadido en 1920) ganó su último título en 1990, al vencer en la copa nacional. A partir de ahí, este equipo (por cierto, donde se inicio el caso Bosman) ha sufrido en las últimas dos décadas una agonía deportiva (que le hizo bajar en pocos años desde la primera, donde llevaba 50 años, a la cuarta categoría) a la par que emprender un peregrinaje sin rumbo en busca de un estadio propio, tras el derribo de su antiguo campo. El año pasado dio por fin un paso adelante en la resolución de algunos de sus problemas, tras el ascenso a la segunda división, y las diversas gestiones realizadas en Pro de la construcción de un nuevo hogar.

En la actualidad, tras un buen inicio y un intermedio bastante menos loable, transitan por la zona media baja de la tabla, en la que esperamos (yo al menos, que para eso es mi equipo) que finalice sin sufrir demasiado.

Pero no quiero despedirme de los Sang et Marine, (los colores del club y su sobrenombre), sin antes daros a conocer la historia y significado de su emblema.

O sus, porque de paso, vamos a bucear un poco en los que tuvo a lo largo de su historia, que podéis conocer, pormenorizadamente, en esta página.



Como veis, los colores rojo y azul han estado presente continuamente( y no he conseguido averiguar de donde salen, porque no son los propios de la ciudad), así como un curioso símbolo (una especie de columna sobre una escalinata, con cierta similitud con los cruceiros gallegos), en el cual nos centraremos ahora, ya que también forma, de uno u otro modo, parte esencial de casi todos los escudos del club (y no solo de los del equipo, en realidad…), incluido el actual ,que es la insignia mas querida por los aficionados, de ahí su restauración como enseña a partir del 2002.

Pero hagamos también una pequeña mención al toro, aparecido en algunos de los blasones de los años malditos. En esa época acababa de fusionarse con otro club (El tilleur, que también llegara a jugar en la primera división), y el toro fue escogido como emblema de la nueva entidad (en realidad, la misma, como queda reconocido por el mantenimiento de la matricula 4, que en caso contrario hubiera sido retirado) debido a ser el de los estudiantes de Lieja, el conocido “Li tore”, una estatua que en su época causara un gran escándalo (por aparecer desnudo…el domador me refiero, la falta de ropa del toro se sobreentiende), y a la vez mascota de la principal fiesta estudiantil, La Saint-Tore.

Sin embargo, no fue precisamente bien recibido por los hinchas del Lieja, que primero lograron eliminar el Tilleur del nombre, y después, el denostado Toro, para que luciera de nuevo, dominante, el Perron.

Si, el Perron…Ah, ¿Qué no dije que era el Perron, ni de donde proviene su presencia? Pues a continuación os lo explico.

Como podéis observar, estamos hablando del emblema ciudadano por excelencia de Lieja, y al tiempo, de un monumento aun existente.

El Perron, o los Perron, son símbolos de las libertades comunales en distintas poblaciones del la zona oriental de Bélgica, pero si existe alguno que con nombre propio, es sin duda el Liejense, el mas importante y conocido de todos.

Esta columna era, desde los tiempos de los gobernantes eclesiásticos, el símbolo de las libertades del pueblo de Lieja (aparece ya como símbolo de la villa en monedas del siglo XII). Por ese profundo significado, una de las decisiones de Carlos el Temerario, Duque de Borgoña, que saqueo la villa en castigo por su rebeldía en 1468, fue trasladar el monumento a Brujas, para humillar más aun a los derrotados liejenses. Al menos su exilio no fue largo, ya que volvió a la muerte del colérico soberano, diez años después. Esta época de conflictos, de cómo Lieja fue usada como una marioneta en las luchas de poder entre Francia y Borgoña, aparece excelentemente retratada en la novela de Sir Walter Scott “Quintin Durward”, con Lieja convertida en uno de los escenarios fundamentales de la misma.

De antiquísimo origen, ha sido reconstruido en varias ocasiones (la principal a finales del XVII), siendo ahora en su parte inferior una fuente, la misma donde los hinchas del Lieja celebran sus éxitos deportivos, como el ascenso de la pasada campaña…

Esperemos que no pase mucho más tiempo, antes de que tengan que volver de nuevo allí.

Para concluir, una pequeña reseña sobre la identificación del Real Lieja y el ciclismo. Y es que el club fue fundado por miembros de la Liège Cyclist’s Union, en 1892, el mismo año que nació la clásica Lieja-Bastogne-Lieja, creada unos meses antes por la misma entidad.

Si a esto le unimos el que durante décadas el estadio del club era un velódromo, el de Rocourt (que en su época de esplendor tuviera 40.000 plazas de aforo), donde llegaron a disputarse campeonatos mundiales de ciclismo (en cuatro ocasiones), entenderéis el porque en este caso, el Balón y las dos ruedas tienen tantos puntos en común…

Con una historia tan rica y ámplia como trágica, este equipo no puede dejar de estar dentro del corazón de los cafeteros( y sobre todo de cierto cafetero ciclista). Y quien sabe, si ya una vez, allá por los 40, logró regresar de los abismos de tercera hasta la elite, y volver a ganar la liga, quien sabe si algún día la historia no se repetirá…ojala.