Donde Asterix encontró el escudo

Como cada semana, toca ahora publicar, en colaboración con el Enganche, el artículo dedicado a los símbolos de Fútbol. Como siempre, allí la versión original, aquí, la extendida.


Allá donde las grandes llanuras se encuentran con las estribaciones del macizo central, entre decenas de volcanes extinguidos (conocidos localmente como Puys), se encuentra Auvernia.

Una de las regiones mas aisladas (debido a la orografía) y poco pobladas de la Francia Metropolitana, Auvernia es una de las zonas que formarían parte de la imaginaria “diagonale du vide”, una franja que recorre el país del Suroeste al Noreste, con unas densidades muy inferiores a la media nacional, debido sobre todo al éxodo rural. Para hacer una analogía con España, algo similar a lo que ha ocurrido con las regiones interiores de la península en beneficio de las zonas costeras y las grandes ciudades.

Muy cerca del Puy-de-Dome, el más emblemático de Los volcanes de la zona, se encuentra Clermont Ferrand.

Se trata de la capital (y principal ciudad, en su área urbana vive cerca de la tercera parte de la población de la región) de la Auvernia, donde se concentra buena parte de la actividad económica regional.

Villa de muy antiguos orígenes, la Nemessos gala se convirtió en una de las principales poblaciones de la Galia romana, bajo el nombre de Augustonemetum.

Paso a llamarse luego (aun bajo el dominio romano) Arvernis, adoptando el nombre de los pobladores de la región, y no fue hasta el siglo IX cuando paso a ser renombrada como Clairmont, debido al nombre de un castillo, el de Clarus Mons (monte brillante).

Allí, un par de siglos después (1095), se celebró un concilio donde se convoco la primera cruzada para liberar Tierra Santa.

Pero tal vez lo más curioso de la historia de la ciudad, es que se trata, en origen, de una ciudad doble. Los condes de Auvernia, molestos por el excesivo poder de los obispos de Clermont, fundan en el 1120, en un monte cercano a las murallas de la villa, otra población, llamada Montferrand. Con el tiempo, y a pesar de la resistencia de Montferrand, deseosa de conservar la independencia municipal, los dos núcleos se terminaron uniendo para formar una solo ciudad, eso si, con dos centros.

La negra piedra volcánica con la que están construidos muchos de sus monumentos, empezando por la catedral, le da una apariencia oscura, tenebrosa, sensación que los humos de las fábricas ayudaban a aumentar.

Y Es que la ciudad es conocida sobre todo por una de sus industrias, la Michelin, que nació allí, y de la que vivió una buena parte de la población durante décadas. Y no solo vivió de ella, sino que vivió en ella, ya que los propietarios de la empresa decidieron construir una serie de barrios de viviendas (llamadas Cites Michelin) para sus empleados, dotados de una buena infraestructuras urbanísticas. Fue con la creación de estas nuevas barriadas, cuando se unieron definitivamente los dos núcleos de la población.

Y no solo económica y socialmente la ciudad creció a la par de los neumáticos, sino también deportivamente. Y es que fue la familia Michelin quien creo la ASM (Association sportive monferrandaise, nacida como Association sportive Michelin), un club polideportivo, germen de gran parte del deporte local.

Es la Auvernia una de las dos únicas regiones del país que nunca logro llevar a uno de sus equipos de futbol a primera, como podéis leer en el artículo que escribió Ariel sobre los mapas del fútbol Frances hace unos días. El Clermont foot Auvergne, el máximo representante de la ciudad y la región en el mundo del balón redondo, estuvo cerca de lograrlo la pasada campaña, con su quinto puesto final en la segunda división, la mejor clasificación de su historia.

Sin embargo, esta temporada las cosas no marchan tan bien, y el equipo se encuentra demasiado cerca del descenso.

Tal vez el motivo de este escaso bagaje futbolístico es la preferencia por el rugby en la ciudad, o tal vez suceda lo contrario, que se prefiere el rugby por ser mejor el representante local de este deporte que el de futbol.

Y es que en Rugby, el equipo nacido con la Michelin, el ASM, es un club de alto nivel, posiblemente eso si uno de los mas desafortunados del mundo, nueve veces finalista de la liga Francesa (incluidos las dos últimas temporadas), pero jamás campeón. Para reafirmar su origen, aun viste con los colores de la marca, el amarillo y el azul.

Pero volvamos al mundo del balompié, donde por cierto, existe también cierta conexión con la marca del Bibendum, y es que el actual equipo, el Clermont Foot, nació de la fusión de la sección de futbol del Stade-Clermontois, un club (otro club polideportivo de la ciudad) con la misma sección del ASM.

Pasemos ahora a estudiar el emblema del Clermont Foot.



Se trata de un escudo moderno, como el club, y que sustituye a uno anterior que merece pocos comentarios…o mejor dicho, que merece muchos, pero ninguno bueno.

Con los colores rojo y azul de la ciudad, adoptados por el club, bien presentes, encontramos también en la parte inferior un balón, y un número.

No, no se trata del año de fundación, sino el del numero del Departamento (puy de dome) en el que se encuentra enclavada la ciudad, algo que ya pudimos observar cuando hablamos del escudo del Avignon.

Pero, si algo destaca visualmente en el conjunto, además de ocupar el espacio central, es esa figura de un jinete a caballo.

Una imagen que tendremos que estudiar enfocándola desde dos perspectivas diferentes, una, sobre que representa, y otra, a quien representa.



Me explico. Lo que aparece en el escudo del club, es una estatua. Dicha escultura se encuentra expuesta, desde 1903, en la plaza principal de la ciudad, la place de Jaude.

Pero tal vez sea mas importante saber quien es el personaje a quien rinde tributo dicha escultura, y el porque del homenaje.

Se trata de Vercingétorix (la traducción de su nombre vendría a decir el rey de los grandes guerreros, o el gran rey guerrero…lo cual cambia bastante), héroe de la resistencia Gala contra Julio Cesar (como sabrá cualquiera de los que haya leído los libros de Asterix…uno de cuyos álbumes se llama precisamente “El Escudo Arverno”), natural de la región (y según algunos, de la antigua Nemossos sobra la que se alza la actual Clermont), que de hecho toma su nombre de la tribu que el comandaba, los Arverni.

Cerca de Clermont Ferrand, se alza el altiplano de Gergovia, donde se desarrolló una de las batallas principales de la contienda, que finalizó con la victoria del caudillo arverno, rompiendo el asedio de dicha fortaleza. Fue ese su momento de mayor esplendor, un año antes de su derrota y captura en el sitio de Alesia, una de esas batallas decisivas de la historia, que la cambia para siempre.

Fue allí donde en el momento de su rendición, depositó, como era costumbres, sus armas ante el vencedor, mientras pronunciaba estas palabras:



Habe, fortem virum, vir fortissime, vicisti”. (Aquí estoy, un hombre fuerte, derrotado por uno aún más fuerte).

Preso en roma durante cinco años, fue ejecutado, como era costumbre, tras el desfile triunfo de cesar por las calles de la capital del imperio.

Con posterioridad, se convirtió en uno de los símbolos míticos, “Eternos” de Francia (al igual que Alejandro para Grecia, Arminio para Alemania o Viriato para las países Ibéricos, a pesar de lo dudoso de “continuidades históricas” tan lejanas…), en uno de los miembros del Panteón sagrado de la nación, donde también habitan figuras como las de Carlomagno, Juana de Arco, Napoleón o De Gaulle.

Conocemos pues al personaje, y el motivo de la existencia de su monumento en la ciudad. Más también es interesante saber algo más sobre la escultura en si.

La misma se eleva sobre un pedestal sobre el que se hallan labradas, las siguientes palabras:

A VERCINGETORIX

AU HÉROS DE GERGOVIE

« J’ai pris les armes pour la liberté de tous » (yo tomé las armas por la libertad de todos).

Pero tal vez lo más interesante de la misma, es conocer a su autor.

Y es que se trata de Frederic Bartholdi…que tal vez no os diga demasiado a muchos, pero cuya obra cumbre no tengo dudas en cambio de que todos reconoceréis…



Lo que tal vez no todo el mundo sepa, es que la estatua de la libertad hubiera podido tener una gemela, situada en la entrada del Canal de Suez…si el gobernante Egipcio hubiera aceptado. Es una de esas oportunidades perdidas, como la de Barcelona con la torre Eiffel (es a dicha ciudad a quien se le ofreció primero la oportunidad de construirla), que uno nunca sabe muy bien si hay que lamentar o alegrarse (¿alguien imagina a Paris sin la torre?).

Menos de un año después de la inauguración de la estatua del guerrero galo, el escultor moría, victima de una tuberculosis. Se trató pues de una de sus últimas obras.

Olvidada, vencida, aislada, oscura…tal vez algún día el espíritu del rebelde galo resurja, tal vez alguna vez el equipo de su ciudad venza al destino y triunfe por fin en el Rugby, tal vez en algún momento, el futbol se apiade de Auvernia, y permita que Clermont, y toda Auvernia con ella, saboree lo que es disfrutar de la primera…tal vez... O tal vez, no, y Clermont siga siendo una de esas ciudades maldecidas por el balompié, como Tarento en Italia o Cartagena en España, o hasta hace poco la inglesa Kingston upon Hull


2 comentarios:

Ariel dijo...

Genial artículo Martin ;-)

Interesante historia del equipo y la doble ciudad. Me llama la atención que nunca haya podido alcanzar la Ligue 1 teniendo en cuenta lo heterogéneo que es el futbol francés, donde hay pocos equipos verdaderamente dominadores pero ningún gigante.

Esperemos que Auvergne —perdón pero yo sigo con el nombre en francés— pueda disfrutar de un equipo en la elite de acá a unos años. No es descabellado pensar en eso, porque la Ligue 2 siempre presenta campeonatos apasionantes.

Quizás este año el torneo está un poco "aburrido" por la presencia de tres equipos con prestigio y buena forma como Lens, Metz y Strasbourg, pero seguro que el año que viene vuelve a la normalidad.

Martín dijo...

Buff, aburrido no es la palabra, mas bien tragico...con los dos equipos que sigo bien abajo, y el nimes sobre todo, tras la ultima derrota, casi descendido...:-(