Trieste, un derbi de primera que no fue

Tras la destrucción y la muerte que trajo al mundo y especialmente a Europa la segunda guerra mundial, un vendaval de cambios, demográficos, políticos y territoriales transformó la faz del continente.

Uno de ellos, no de los de mayor relieve, pero si dotado de una particular publicidad, fue el caso de Trieste.

Sujeta a los avatares del destino a lo largo del vertiginoso siglo XX, pasó de ser el principal puerto del Imperio Austrohúngaro (y su cuarta mayor ciudad, tras Viena, Budapest y Praga) a principios del siglo, a una decadente Ciudad de frontera durante el gobierno fascista (sobre todo a causa de la perdida de su potencial área de influencia), tras haber sido anexionada a Italia al finalizar la gran guerra, debido a su mayoritaria población italiana.

Tras el termino de la segunda, de nuevo (y ya iba el tercer cambio en menos de treinta años…y faltaba por venir alguno mas) la situación política de la ciudad volvió a modificarse.

Reclamada por los yugoslavos como botín de guerra, defendido su carácter italiano por el nuevo gobierno democrático de aquel país, su situación se volvió más compleja aun con la llegada de lo que ahora conocemos como guerra fría, que en aquellos momentos daba sus primeros pasos.

Eludiendo momentáneamente el problema de decidir a quien correspondía el control de la región, los aliados decidieron crear una especie de ciudad estado, ni italiana ni yugoslava, el conocido por entonces como “Estado libre de Trieste”.

En la realidad, ese territorio solo existía sobre el papel. Dividido desde su creación en dos zonas, la A que englobaba a la ciudad y una pequeña zona de alrededor, y la B, al sur de la anterior y de carácter mas rural, con Capodistria (la actual Koper eslovena) como principal población, tenia en total poco mas de 700 kilómetros y algo mas de 300.000 habitantes (la mayoría residentes en la ciudad de Trieste). La zona A (222 kilómetros y 260.000 habitantes) era administrada por ingleses y americanos, la B (515 kilómetros y 70.000 habitantes) lo era por el ejército yugoslavo. La población en ambas zonas era mayoritariamente de origen italiano, con una importante minoría eslovena y otra más reducida de croatas. En general, tradicionalmente los italianos de la región se habían concentrado en las ciudades, mientras la población campesina era de origen eslavo.

Durante el final de los 40 y comienzos de los 50 el territorio siguió existiendo (al menos virtualmente), pero con el enfrentamiento entre Tito y Stalin, las relaciones entre yugoslavos y occidentales se deshelaron, posibilitando la firma de un acuerdo en 1954, repartiendo el estado libre entre Italia (la zona A) y Yugoslavia (la B). Unos cuarenta mil triestinos de origen italiano decidieron abandonar la zona bajo control eslavo, en lo que fue el epilogo final de la historia…

Pero si nosotros nos hemos acercado a ella no es únicamente por el interés histórico del asunto sino, claro esta, por el futbolístico.

No solo los acontecimientos políticos afectaron a los asuntos futbolísticos, sino que en buena medida el futbol fue usado (por ambas partes), como apoyo a sus reclamaciones.

El club tradicionalmente mas importante de la ciudad era la Unione Sportiva Triestina, que desde la fundación de la serie A a finales de los años 20 permaneció ininterrumpidamente en la misma hasta 1957.

Pero no era el único. En la serie C existía otra escuadra, la Ponziana. Deseosos de lograr una baza propagandística con la que contraponer la presencia en la máxima categoría italiana de la Triestina, los dirigentes yugoslavos ofrecieron a los jugadores de la Ponziana 30.000 liras al mes (cuando en Italia cobraban 5000) por entrar a formar parte del campeonato yugoslavo.

Inevitablemente, una buena parte de la plantilla aceptó, y el Ponziana se dividió en dos, una parte, casi sin jugadores, jugando en Italia (quedando último de la siguiente campaña, con cero puntos), mientras lo principal del equipo entraba como miembro de la primera división yugoslava con el nombre de Amatori Ponziana.

Como curiosidad, parece ser que al menos algunos jugadores no sabian que iban a jugar en la liga Yugoslava, como se deduce de estas declaraciones de uno de ellos, Alessandro Furlan:

"a Postumia per la preparazione, poi per un’amichevole a Belgrado. Noi, all’oscuro di quanto succedeva a Trieste, solo in campo capimmo che si trattava di una partita del campionato jugoslavo

En 1946-47 ambas escuadras reanudaron su andadura tras el semiparón (porque se había seguido jugando durante la guerra de uno u otro modo) bélico. Y lo hicieron de modo similar.

Tanto la triestina (última en el campeonato italiano), como el Amatori (undécimo en el yugoslavo) ocuparon posiciones de descenso al final de la campaña…pero los dos fueron repescados por motivos políticos (en el caso de la Triestina aduciendo las dificultades sufridas por no poder jugar en Trieste debido al intento de los administradores angloamericanos de evitar polémicas y tener que hacerlo en Udine).

La siguiente temporada fue en cambio muy diferente, al menos para uno de ellos. Mientras la Ponziana se libraba del descenso (por dos puntos y ocupando la ultima posición de salvación), la Triestina, de mano del mítico Nereo Rocco (triestino de nacimiento y de convicción), el introductor del Catenaccio en Italia, lograba su mejor clasificación histórica, un segundo puesto inimaginable tras la campaña anterior.

La liga 1948-49 fue la última en la que las dos escuadras coincidían en primera (aunque se tratara de dos primeras de diferentes naciones). El Amatori terminaba como colista de la liga eslava, que abandonaba con posterioridad para volver a unirse con su abandonada media naranja italiana (Tito comenzaba a desentenderse del lío triestino y cerraba el grifo de dinero al equipo), mientras la Triestina lograba una cómoda octava posición.

En la actualidad, mientras la Triestina intenta evitar el descenso de la serie B, soñando con retornar algún día a la A (que no pisa desde 1959, tras 28 campañas en la elite), la Ponziana vegeta en la Promozione, el séptimo nivel del futbol itálico (y eso tras haber ascendido dos categorías desde el 2007).

Este debería ser el final de nuestro relato, pero…

En la temporada 1974-75, el descenso de la Triestina y el ascenso del Ponziana une, por segunda vez en la historia (la primera fue durante la celebración del llamado campionato alta Italia de 1944, uno de esos torneos que se dieron durante la guerra) a los dos conjuntos en la misma división, en este caso en el grupo C de la serie D italiana.

El uno de diciembre del 74, delante de 20.000 espectadores, el Ponziana vence por cero a uno a la Triestina. En el encuentro de vuelta el resultado es de empate a uno. En la tabla final, la Triestina, tercera, antecede en tres puntos y un puesto a su rival.

La temporada siguiente fue la última (seguramente para siempre) en el que tuvo lugar este particular derbi. La Triestina logró el primer puesto y el ascenso a la serie C, mientras la Ponziana finalizaba en penúltimo lugar y descendía.

Era, entonces si, el final del duelo triestino, y con el, el de nuestra historia…

8 comentarios:

cityground dijo...

No conocía lo que había pasado con la zona de Trieste tras la 2ª Guerra Mundial ni la existencia del Ponziana, curioso que jugara en la 1ª división yugoslava, muy buena la historia.

Siempre nos descubres algo nuevo y a ver si la Triestina vuelve alguna vez a la Serie A.

web dijo...

Estos artículos son cojonudos Martín. Aparte de entrañar un trabajo detrás de preparación, es que son cultura pura y dura. Nos traes conocimientos que de otra manera a muchos como yo nos pasarían más que desapercibidos.

Gracias de verdad!

Martín dijo...

¿Sabes lo malo Juampex? que tengo como una docena de cosas parecidas, de curiosidades futbolisticas que voy dejando aparcadas(cada vez que encuentro algo interesante lo guardo en un documento) pero que nunca encuentro tiempo para ponerme con ellos.

En fin, poco a poco.

Mauricio dijo...

Triste la situación en Trieste. Ojala el Triestina logre alguna vez volver a la Serie A

Fernando dijo...

Estos artículos me encantan Martín, sobretodo porque mezclan 3 de mis pasiones: la historia, la geografía y el fútbol.

Un saludo!

Estoja dijo...

Me ha encantado Martín. Sabía algo de Trieste pero no tenía ni idea de la existencia de ese segundo equipo.

Diego González dijo...

Enorme entrada; casi me cae un puro por leerla pegaado a la pantalla en el currele :D

Martín dijo...

Si es que algunos jefes son unos negreros...:-P