El antiguo estadio de Bežigrad

Jože Plečnik nació en Liubliana (actual capital de Eslovenia y por aquel entonces parte del Imperio austrohúngaro) el 23 de enero de 1872. El tercero de cuatro hijos de un carpintero que deseaba que Jože desempeñase también el oficio paterno. Mientras sus hermanos mayores se dedicaban a estudiar, Jože se encargaba de ayudar a su padre en su negocio. En 1988, una beca le dio la posibilidad de irse a Graz a formarse como carpintero. En 1892 falleció su padre pero él joven Jože no se hizo cargo del negocio y se marchó a trabajar a Viena. En Viena comenzó trabajando en una carpintería en la que se dedicaba sobre todo al diseño de muebles y posteriormente comenzó a estudiar en la Academia de Bellas Artes, donde fue alumno del arquitecto Otto Wagner. Pronto abandonó los estudios de Bellas Artes para pasarse a la escuela de Wagner, por donde tuvo un paso brillante que le llevó a convertirse en su mejor alumno.

Se graduó en la escuela de Wagner en 1898 y su brillante expediente le valió para recibir un premio que le permitió viajar por Francia e Italia durante un tiempo. Retornó en 1900 a Viena donde comenzó a trabajar como arquitecto independiente. En los próximos años completó diferentes proyectos en Viena como la Zacherlhaus o la Iglesia del Espíritu Santo. Durante su tiempo en Viena, las ideas de Plečnik se situaron muy próximas a las del movimiento de la secesión.

En 1911 fue propuesto por el claustro de profesores como sustituto de su maestro Otto Wagner en la Universidad, sin embargo, la intervención del archiduque Francisco Fernando otorgó la plaza a Leopold Bauer. Plečnik se trasladó al poco tiempo a Praga para sustituir a Jan Kotěra como profesor de arquitectura en la universidad. En 1920 el primer presidente checoslovaco Tomáš G. Masaryk le nombró arquitecto del castillo de Praga, con lo que se convirtió en el principal responsable de su remodelación. En 1921 retornó a Liubliana para enseñar en la Universidad de Liubliana y a partir de 1922 se dedicó a la renovación de su ciudad natal. Sin embargo siguió volviendo regularmente a Praga hasta 1934, último año en el que llevó a cabo obras de renovación en el castillo.

Hasta ese año Plečnik aún no había construido nada en su país, sin embargo, es a partir de ese momento, en su etapa en Liubliana cuando su labor como arquitecto alcanza mayor relevancia. En la hoy capital eslovena trabajó sobre todo en los años 20 y 30 realizando numerosas obras que transformaron la ciudad. En su ciudad natal construyó de todo: puentes sobre el río Ljubljanica, esclusas sobre el mismo río, bancos, plazas, parques, mercados y muchas otras obras. Entre las más destacadas están la Biblioteca Nacional y Universitaria, el Puente Triple y el edificio de la Mutua. Después de la Segunda Guerra Mundial Plečnik perdió protagonismo en la Yugoslavia Comunista. Hasta su muerte en 1957 siguió haciendo obras de menor importancia y su papel como profesor universitario fue perdiendo importancia progresivamente. Tras su muerte su trabajo fue olvidado en los años 60 y 70 pero volvió a ganar importancia posteriormente e incluso hoy en día se le considera como el arquitecto esloveno por excelencia. Sin embargo no es ninguna de las obras que hemos mencionado anteriormente la que ha hecho que hablemos de Plečnik aquí. Se trata de una obra mucho menos conocida que visité hace unas semanas en la hoy capital eslovena.

El estadio Bežigrad de Liubliana fue construido en 1935 y el arquitecto encargado de diseñarlo fue, como no podía ser de otra forma, Jože Plečnik. El estadio tomó el nombre del distrito en el que se encuentra, Bežigrad. Fue construido inicialmente para una asociación juvenil deportiva católica y fue utilizado normalmente para partidos de fútbol, sobre todo para los partidos del extinto (¿o no?) Olimpia Liubliana. Antes de comenzar a jugar en este estadio el Olimpia jugó en otros estadios siendo el primero de ellos uno situado en el parque Tívoli. Además de acoger los partidos del Olimpia de Liubliana, el estadio Bežigrad fue también uno de los dos estadios que la selección eslovena utilizó entre 1993 y 2004, el otro fue el Ljudski vrt de Maribor. En total, el estadio acogió 29 partidos del combinado nacional, hasta que en 2004 la UEFA no permitió la disputa de partidos en él por no reunir los requisitos mínimos. El estadio se acabó cerrando en 2008 y fue adquirido por Joc Pečečnik cuya idea inicial era la de renovar el estadio.

Era un soleado viernes de finales de mayo en Liubliana y ese día me cambiaba de hotel, los primeros días había estado en uno muy céntrico situado a escasos metros del triple puente. Había ido allí por trabajo, llegué el martes y me debía quedar allí hasta el viernes, pero decidí quedarme unos días más para tener la posibilidad de conocer mejor la ciudad. El viernes me cambié pues de hotel, abandoné el céntrico City Hotel y me trasladé a uno más alejado del centro, al oeste, en el barrio Rožna dolina, una zona residencial en la que se encuentra la facultad de biotecnología y diversas residencias de estudiantes. El barrio se encuentra muy cerca del parque Tívoli. Llegué a mi nuevo hotel al mediodía y después de dejar las cosas en la habitación me fui. Mi novia llegaba al día siguiente así que me pareció una buena idea dedicar ese día a caminar por Liubliana y aprovechar para acercarme a ver algún estadio de fútbol. El plato fuerte sería la visita a las ruinas del estadio Bežigrad. Salí de mi nuevo hotel y me adentré en el parque Tívoli por una de las entradas situadas en la calle 27 de abril. Después de unos 20 minutos caminando por el parque salí en la calle Celovska y decidí dar un pequeño rodeo para ir a ver otro estadio, el ŽŠD; el día siguiente iría allí a ver un partido del NK Interblock y quería saber donde se encontraba exactamente. Tras esta breve parada proseguí en dirección al estadio Bežigrad, que está bastante cerca del estadio ŽŠD.

Llegué a la calle Koroška y desde allí pude ya ver el estadio. Entre la tribuna de ese lado del estadio y la calle Koroška hay unas pequeñas parcelas cultivadas por los vecinos de la zona. Desde ese lado no parecía que hubiese ninguna forma de acceder al estadio así que decidí dar una vuelta para ver si se podía entrar por algún otro sitio. Caminé hasta el final de la calle y llegué a Dunajska, importante avenida de la ciudad a la que da uno de los fondos. Las puertas de acceso situadas en ese bonito fondo estaban cerradas y las pequeñas aberturas de las mismas no dejaban ver mucho de lo que había dentro, solo se podía ver la vegetación que sin ningún impedimento crecía dentro del estadio. Proseguí por la calle Samova, que transcurre por la otra tribuna pero una antiestética valla tras la que se encontraba una gasolinera abandonada evitaba que pudieses acercarte a los límites del estadio. Y así llegué a la calle Vodovodna, en la que se encuentra el otro fondo y la fachada y entrada principal del estadio. Las puertas de acceso también estaban cerradas pero esta vez si que permitían ver lo que las otras escondían, un antiguo y abandonado estadio en el que la falta de asientos dejaba ver las gradas de piedra, por lo menos las que no estaban cubiertas de vegetación; en el terreno de juego, la vegetación campaba también ya a sus anchas. Después de completar la vuelta decidí entrar en las parcelas de cultivo de la calle Koroška. Allí le pregunté a una mujer si sabía si se podía entrar al estadio, me dijo que no y seguí caminando por las parcelas. Al poco tiempo encontré a otra señora que trabajaba en la tierra y como no estaba muy convencido de la respuesta de su compañera decidí hacerle la misma pregunta. Recibí la misma respuesta pero noté un poco más de curiosidad en su respuesta. Después le pregunté si podía hacer algunas fotos por allí, unos segundos más tarde comenzamos a hablar y no transcurrió mucho tiempo hasta que me preguntó si me gustaría ver el estadio, “por supuesto” le dije. En pocos minutos nos encontrábamos en el ático de uno de los edificios de la calle Koroška desde donde había una vista inmejorable del estadio. La amable mujer me comentó orgullosa que el estadio había sido obra del arquitecto Jože Plečnik y que si iba a Praga también podría encontrar numerosas obras del arquitecto esloveno. Me dijo que los vecinos no estaban contentos con lo que estaba pasando con el estadio. El millonario que lo había comprado quería derribarlo y construir edificios pero los vecinos no quieren eso, prefieren que un parque ocupe el lugar del viejo estadio Bežigrad. Lo que parece bastante seguro es que no volverá a haber allí otro estadio, ni se va a renovar el ya existente. La idea inicial de Joc Pečečnik, el millonario que lo compró, era reconstruir el estadio, pero eso no parece ya factible, no solo por su pretensión de construir edificios allí sino también por la construcción del nuevo estadio Stožice, situado también en el barrio de Bežigrad y en el que juega ya como local el nuevo Olimpia de Liubliana y el combinado nacional esloveno. Muy agradecido me despedí de la amable señora y continué con mi visita a la preciosa y altamente recomendada capital eslovena.

Más fotos del estadio.
Otro artículo sobre un estadio abandonado: Štadión Petržalka y otros estadios de Bratislava



4 comentarios:

Martín dijo...

grande Estoja, tu facilidad para encontrar gente que te facilite acceso a lugares no accesibles es admirable, tienes madera de diplomático :-P

Me gusta el estadio, y ojala un dia pueda visitar Eslovenia, de la que me hablaron muy bien

Estoja dijo...

Eslovenia es muy bonita... y muy pequeña. Yo solo conozco Liubliana y Bled y me encantan.

Creo que de todas las ciudades que he visitado de la extinta Yugoslavia Liubliana es la que más me ha gustado y la verdad es que me parece incluso una ciudad muy agradable para vivir.

Y la visita al estadio fue una gran experiencia. Y menos mal que desconfié de la primera señora, sino me quedo sin ver el estadio ;-p

cityground dijo...

Es bastante triste ver un estadio abandonado, y mas este de un arquitecto tan famoso en el país.

Muy buena la foto con los huertos al lado del estadio.

El Olimpia actual es un club nuevo ¿no?, ¿pero los antiguos seguidores del Olimpia lo consideran como propio?

Estoja dijo...

Pues en mi caso, también lo encuentro triste, pero he descubierto que me gusta visitar ese tipo de estadios. Además, en este caso me parece un estadio precioso.

Estuve también en el nuevo estadio, el Stožice: es bonito, muy cómodo y funcional pero no se, a mí no me transmitió muchas emociones... A lo mejor en un partido es distinto.

El Olimpia actual se fundó en 2005 bajo el nombre NK Bežigrad y de momento se le considera un club distinto al antiguo Olimpia. Sin embargo, supongo que los antiguos aficionados del Olimpia siguen a este nuevo equipo. No lo se, pero estoy casi seguro.

Por si os interesa, hay un vienés ha visitado bastantes estadios abandonados. Os paso el enlace a su blog (ya el directo a los estadios abandonados). El blog es en alemán pero tiene una gran cantidad de fotos, creo que vale la pena echarle un vistazo. A mí sobre todo me ha gustado el antiguo estadio de Brno:
http://brucki.blogspot.com/search/label/Lost%20Grounds