Más ‘Carpe Diem’ y menos guerra ideológica

Objetivamente, más allá de los colores, es una bendición ser contemporáneo de las actuales versiones de Real Madrid y FC Barcelona. No quiero entrar en la abismal diferencia monetaria con el 99’99% de los clubes mundiales, ciñámonos a lo futbolístico. El debate táctico, los sistemas de uno y otro y sus jugadores, tratados en un ambiente sano, son temas enriquecedores si bien excesivamente tratados estos años. Lástima que todo esto se ajusta a un escaso margen de analistas y aficionados, acostumbrados a dejarse llevar por una pasión ciega por la que lo mío es lo mejor pero lo tuyo es apestoso, malintencionado y sin valores. Hablando en plata, uno está ya un poco hasta los huevos, sobre todo cuando diez meses después de la polémica de la Supercopa, el duelo liguero, la eliminatoria copera y la pugna fallida de ambos en Champions, siguen jodiéndonos con la guerra de trincheras en la selección española. 

Veamos. Hasta el momento las dos cantinelas que se imponen son “Ramos y Piqué no se llevan bien” y “La selección juega como el Barcelona”, aparte de las críticas desmesuradas sobre Vicente del Bosque durante y después de los partidos de la primera fase ante Italia y Croacia y lo del ‘falso 9’. ¿De veras sigue habiendo gente que se traga esta porquería? ¿No se dan cuenta que juegan por un bien común, en el mismo equipo y junto a jugadores del otros clubes? ¿Jugaría igual este equipo sin la profundidad que aporta Jordi Alba? ¿Y sin las alternativas en ataque que ofrecen los Torres, Llorente y Negredo? (en desuso, lo sé) ¿Y sin la magia de Silva y maravillosa conexión con Iniesta? ¿Y con otro técnico? “Ya llegaría un canterano mágico” u “otro 7 de España, Raúl, Raúl, Raúuuuuuuuul”. Si claro, los cojones. 

Sinceramente, compadezco a periodistas e hinchas que continúan con ese sinvivir en el cuerpo. ¡Fuera de las trincheras joder, que somos campeones de Europa y del Mundo! Puede que la vigencia de una de las coronas se acabe esta semana, pero nadie nos quitará el orgullo de haberlas portado simultáneamente. ¿Qué más dará cuantos y quiénes haya de cada club si todos juegan bajo la misma bandera? ¿Por qué no aparcar las estúpidas hostilidades, abrazar al rival deportivo durante unas semanas y disfrutar juntos con un combinado irrepetible? 

Viendo como está el panorama no le quito ni un ápice de razón a Del Bosque, aquí más de uno está endemoniado con su Madrid y su Barcelona. Mientras, otros mañana haremos lo posible por disfrutar con esos once hombres de rojo que tantos nos apasionan, nos hacen sufrir y disfrutar, mal acostumbrándonos últimamente más a lo segundo que a lo primero. 'Carpe Diem', sepamos disfrutar un momento que quizá tardemos décadas en volver a vivir. Y mañana, con los once que salgan, a por el pase a la final.

3 comentarios:

xtaoth dijo...

Entiendo lo que quieres decir y lo comparto, pero en el fútbol todo es debate más o menos ideológico (tan malo es debate de 'lo mio eh lo mejoh y lo tuyo eh lo peoh' como el debate de psicoanalistas filosofales de tres al cuarto)

Pero cada uno disfruta del fútbol a su manera. Déjalos discutir sobre si Sara Carbonero descentra a Casillas, si el 'estilo' aburriría menos con uno, dos o tres 'nueves', si hay que nacionalizar a Messi, si se tiene que poner un consejero matrimonial a Piqué o a Ramos o si Xavi es un Van Gogh o sólo llega a un Rembrant de tres al cuarto.

Esto es fútbol, y precisamente porque ahora somos campeones de europa y del mundo la gente va a criticar el triple, al fin y al cabo ¿quien quiere que esto acabe? saben lo que es ser un equipo de los que caen siempre en cuartos y tienen miedo a volver a ese lugar.

Hemos pasado del miedo a no llegar nunca arriba al miedo a caernos de la cima :). Déjalos que disfruten discutiendo la mejor forma de dividir el átomo, piensa que la alternativa (discutir cómo salir de la crisis) es mucho más deprimente, y ya estamos demasiado deprimidos u_U

Anónimo dijo...

Xtaoth, el problema no es el debate en si, pues va ligado al futbol desde que es futbol. El problema radica en querer engañar a la gente, ese es el verdadero problema, INVENTAR noticias para que la gente vea LO MALO que es uno para justificar las vergüenzas de otro. Y por desgracia eso es lo que se lleva ahora en este país. Así nos va.

Anónimo dijo...

Leyendo la entrada recordé una parte de 'Me gusta el fútbol', un libro de Sergi Pámies, en el que rescata lo mejor de un diálogo con Cruyff.

El capítulo comienza con una declaración extraía de la propia entrevista que reza: <>.

Pues bien, por ahí van los tiros. España siempre fue un país de clubes, en el que cada convocatoria de la selección ha sido motivo de enfrentamiento entre los clubes y el propio combinado nacional. ¿Por qué? No nos gusta no ganar. Hasta ahora no lo habíamos hecho. Ahora no sabemos como afrontar esta situación, después de cansarnos en agotar los calificativos para describir este equipo. Nunca hemos sabido cómo mirar a la selección. Ahora que triunfamos, también triunfa una corriente periodista que vive de la polémica y las grandes portadas. Sólo interesa el beneficio, peligroso nexo.

Cito algo más del libro y acabo. "Francia a utilizado el fútbol como una vía de integración de la inmigración. A su manera, Holanda también. La selección representa algo más que un partido.[...] Hay que ver los partidos del equipo nacional como una oportunidad de unificación, como lo han hecho en Francia, que han aglutinado al rededor de los éxitos de la selección muchos aspectos que demuestran la dimensión extradeportiva del fenómeno". "En España las cosas no son como en otros países europeos. Existe una variedad de mentalidades que dificulta la estabilidad de este sentimiento. Aquí casi nadie dice en voz alta que es español. Eso sí: se sienten orgullosos de ser catalanes, andaluces, gallegos, vascos... Por si fuera poco, existe una rivalidad y, a veces, incluso enemistad entre diferentes zonas del Estado".