La fatalidad persigue a Rosario Central

El pasado domingo finalizaron oficialmente las competiciones futbolísticas en Argentina en el marco de la temporada 2011/12. River cumplió su año en el infierno, Quilmes le siguió sorprendentemente a Primera y San Lorenzo, uno de los cinco grandes, consiguió salvarse al superar a Instituto de Córdoba en la promoción. Pero no todos los clubes históricos pueden sonreír hoy. Rosario Central descendió el 23 de Mayo de 2010 tras caer estrepitosamente en casa ante All Boys. Un año más tarde sumó un punto de los doce últimos para acabar en mitad de la Nacional B, cuando atinando un poco podía haberse asegurado un puesto de promoción. Hace unos días debían ganar a San Martín de San Juan para regresar al lugar que por historia le corresponde, pero nada salió bien. 

Desde años Rosario Central es la casa de los líos. Institucionalmente maltratado por su propia dirigencia, en la última década hasta 24 técnicos han dirigido al plantel canalla. Para muestra un botón: Reinaldo Alderete llegó al principio de la campaña como una de las esperanzas de la hinchada para subir. Tras descender con Gimnasia y Esgrima, hace un año ascendía con San Martín. En cambio, el fin de semana se marchó expulsado a la hora de partido cuando más le necesitaban los suyos. El capitán del barco esta temporada ha sido Juan Antonio Pizzi, que el lunes dejó el equipo tras declarar que “jamás había sufrido así”. 

Como habrá deducido el lector a estas alturas, Rosario Central tampoco ha subido en esta ocasión. Muchos jugadores como Lequi, Peppino, Zarif, Toledo Méndez y Castillejo deben regresar a sus clubes de origen. Para colmo, una sola victoria, tan solo una en cualquiera de los 6 últimos encuentros le hubiera dado el ascenso. De veras, un triunfo en cualquiera de esos seis partidos les bastaba. No hubo manera. Tras perder la chance de regresar de forma directa en las jornadas definitivas, les quedaba la promoción de ascenso como mal menor. 

El escollo, San Martín. El Gigante de Arroyito estaba a reventar, pero ni por esas los canallas lograron una ventaja para afrontar la vuelta. Ya en San Juan, los postes, la mala suerte, la roja de Alderete y los elementos le negaron el gol que les hubiera dado el ascenso. A Rosario Central lo ha mirado un gafe. Y créanme, yo he estado en esa ciudad y he visto un partido de su eterno rival Newell’s Old Boys en el Marcelo Bielsa Coloso. La rivalidad en cualquier muro de la preciosa Rosario, en las tiendas, los buses y hasta los postes de la luz, es apasionante. Si me pongo en la piel de un hincha de Central, como dirían de aquel lado del charco, “me quiero matar”.

                      

Este fue el último partido con el que se pone fin al un sistema de promociones en el fútbol argentino. Desde la próxima temporada serán tres los clubes que pierdan la categoría en Primera por promedio y tres los que ascenderán desde la segunda categoría de forma directa. ¿Llegará entonces el momento de Central? Hasta que eso suceda, los que ríen son los hinchas de La Lepra.

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