La fiesta fue para otros
Schelotto, primer gol como nerazzurro en el 'derby della Madonnina' |
El Domingo es el día del Señor. Día para dedicar a la familia, en el que por norma general no se trabaja, más bien se reposa y se recogen energías para la semana que está por empezar. Se come el mejor plato en la distendida compañía de los tuyos... pero los hay que estamos hechos de otra pasta. Yo no vivo ya en mi tierra ni con mi familia. Trabajo un par de días a la semana, por lo que sobrevivo como buenamente puedo, sin permitirme lujo alguno, si bien prefiero tomármelo con la mejor de los filosofías: tengo una enorme disponibilidad para escribir sobre fútbol, leerlo y ver casi todos los partidos que quiero (eso cuando mi señora no se harta de mí). Por eso, la de anoche era una velada muy especial, marcada en mi calendario desde hacía tiempo por partida triple.
Sí, tres compromisos simultáneos, casi nada. Lo tenía en la cabeza desde hacía varios días, y organicé mi fin de semana en función a ello. Ayer a una hora de empezar la faena estaba tumbado en la cama leyendo el clásico de Nick Hornby 'Fever Pitch' (Fiebre en las gradas) para ambientarme, si bien pasé del ordenador, así no me devanaba los sesos con las alineaciones. Pero a las 20:30h ya no cabía más en mí mismo. Agarré el ordenador, miré como andaba la jornada y preparé el Inter-Milan, el primero en comenzar a las 20:45h.
El choque no comenzó mal. Stramaccioni me dio una alegría alineando a Ricky Alvárez, el último de sus talentos defenestrados. El Inter no comenzó mal, generando alguna que otra ocasión en un choque muy abierto. Quince minutos después empezaban a la vez el Betis-Málaga así como el Independiente-Racing. Tres frentes abiertos, y mi cabeza dispuesta a reventar durante las dos siguientes horas.
Opté por dejar fuera de lugar el derbi andaluz. Los otros dos choques eran más importantes y no me daba buena espina el Málaga, que podía acusar cierto agotamiento por la Champions (más psicológico que físico, ya que hubieron 5 días de diferencia entre un choque y el otro) ante un Betis hambriento y realmente peligroso en su casa. Mi intuición resultó ser fenomenal, ya que en el primer minuto de juego un córner botado por Beñat ponía a los verdiblancos por delante tras remate de Jorge Molina. Al instante Miranda abría el marcador para Independiente en el clásico de Avellaneda. Y pocos segundos más tarde, El Shaarawy hacía lo propio en Milán para los rossoneri. Todo ello con una diferencia de dos minutos como máximo. Triple mazazo en pocos segundos, muy difícil de encajar verse por detrás simultáneamente en tres duelos de tanto peso.
La noche pintaba grotesca. Handanovic mantenía a flote al Inter contra un Milan extramotivadísimo tras vencer al Barça en Champions. El Shaarawy rozaba el doblete, Balotelli amenazaba con herir a los que le dieron la alternativa hace años, e incluso Muntari destacaba como un todocampista imparable que rondaba el gol. En Sevilla, Mario volvía a marcar para el Betis a balón parado. Racing tiraba al poste, pareciendo que había lugar para la enmienda en el Libertadores de América. Mientras en San Siro llegaba el descanso, el Betis lograba en esos minutos el tercero por medio de Pabón. ¿Racing? Sin noticias.
Las segundas partes en éste caso sí fueron "mejores". Un Málaga que se perdió camino de Oporto y aún no ha regresado se quedó con 10 por expulsión de Camacho. Al menos el Betis no marcó más. Schelotto salvó ligeramente los muebles con un gran testarazo que significó el empate definitivo en Milán. Tanto varió el choque en San Siro que en los últimos minutos pudo haberlo ganado el Inter, si bien no hubiera correspondido con justicia a lo visto a lo largo de los 90 minutos. Por último, en Avellaneda un Racing sin alma se quedaba con 10 por una estúpida roja a Diego Villar. Ya en el descuento, Santana ponía el definitivo 2-0 para el Rojo, vital victoria en su lucha por la salvación no sólo por los puntos sino también por el espaldarazo anímico que supone.
A las 23h finalizaba mi calvario con un bagaje de un gol (bien gritado, eso sí) y seis recibidos para obtener un empate y dos derrotas. Me quedé abatido, pero como siempre he sido alguien muy positivo, prefiero pensar que Racing se repondrá (aunque no ganará ningún título) e Independiente seguirá pasándolo mal, que en el Inter no podríamos estar peor que en el último mes y que respecto al Málaga... seguimos cuartos en la Liga, con el goal-average ganado al Betis (por si acaso) y con la ilusión intacta de cara al partido de Champions ante el Oporto dentro de dos semanas. Pero siendo realistas, la de ayer fue una noche para el olvido... ojalá pueda resarcirme mañana en el Camp Nou. Ahí queda eso.
La noche pintaba grotesca. Handanovic mantenía a flote al Inter contra un Milan extramotivadísimo tras vencer al Barça en Champions. El Shaarawy rozaba el doblete, Balotelli amenazaba con herir a los que le dieron la alternativa hace años, e incluso Muntari destacaba como un todocampista imparable que rondaba el gol. En Sevilla, Mario volvía a marcar para el Betis a balón parado. Racing tiraba al poste, pareciendo que había lugar para la enmienda en el Libertadores de América. Mientras en San Siro llegaba el descanso, el Betis lograba en esos minutos el tercero por medio de Pabón. ¿Racing? Sin noticias.
Las segundas partes en éste caso sí fueron "mejores". Un Málaga que se perdió camino de Oporto y aún no ha regresado se quedó con 10 por expulsión de Camacho. Al menos el Betis no marcó más. Schelotto salvó ligeramente los muebles con un gran testarazo que significó el empate definitivo en Milán. Tanto varió el choque en San Siro que en los últimos minutos pudo haberlo ganado el Inter, si bien no hubiera correspondido con justicia a lo visto a lo largo de los 90 minutos. Por último, en Avellaneda un Racing sin alma se quedaba con 10 por una estúpida roja a Diego Villar. Ya en el descuento, Santana ponía el definitivo 2-0 para el Rojo, vital victoria en su lucha por la salvación no sólo por los puntos sino también por el espaldarazo anímico que supone.
A las 23h finalizaba mi calvario con un bagaje de un gol (bien gritado, eso sí) y seis recibidos para obtener un empate y dos derrotas. Me quedé abatido, pero como siempre he sido alguien muy positivo, prefiero pensar que Racing se repondrá (aunque no ganará ningún título) e Independiente seguirá pasándolo mal, que en el Inter no podríamos estar peor que en el último mes y que respecto al Málaga... seguimos cuartos en la Liga, con el goal-average ganado al Betis (por si acaso) y con la ilusión intacta de cara al partido de Champions ante el Oporto dentro de dos semanas. Pero siendo realistas, la de ayer fue una noche para el olvido... ojalá pueda resarcirme mañana en el Camp Nou. Ahí queda eso.
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