El nefasto Infantino lo vuelve a hacer
Infantino asigna "por aclamación" el Mundial 2034 a Arabia Saudí. |
Cada día soporto menos a Gianni Infantino. Cínico como pocos, abraza alegremente a oligarcas, monarcas y jeques, generalmente gente que no respeta ni si quiera los Derechos Humanos de su propia población. No se puede obviar esto, pues aquí estamos para hablar y disfrutar del deporte que nos apasiona, pero el fútbol es una actividad humana, y que para celebrarse Mundiales haya que fastidiar a aficionados y jugadores de todo el globo, con el terrible agravante del esclavismo y muerte que conlleva (entre otros problemas también muy graves), es absolutamente intolerable. E insoportable. Con un mínimo de decencia, este hombre sin escrúpulos al que tan solo importa el dinero, venga de Rusia, Qatar, Estados Unidos o Arabia Saudí (que no son países precisamente modélicos), renunciaría hoy mismo a su puesto. No sin antes deshacer el Mundial que ha concedido a dedo a los saudíes, felices por comprarlo para lavar su pésima imagen internacional.
Repasando por encima los principales crímenes futbolísticos perpetrados durante el mandato de Gianni Infantino, vivimos un Mundial infame en Qatar en 2022, que además implicó modificar el calendario global por el capricho de llevarlo a un minúsculo emirato de escasas sedes separadas por unos pocos kilómetros. Por supuesto, no fue una fiesta del fútbol. Menos aún, para los esclavos muertos durante las obras, ni para los muchos supervivientes cuyas promesas no se han visto cumplidas. Recordemos que la FIFA tiene la cara dura de ofrecer mecanismos de defensa y denuncia de los Derechos Humanos, para luego no hacer nada.
Por supuesto, en su carrera con(tra) la UEFA para meter competiciones con calzador, ha estropeado el calendario futbolístico. Ayer se disputó una descafeinada eliminatoria de la Copa Intercontinental entre Pachuca y Botafogo en Qatar. ¿Por qué, para qué? ¿La intención era tener un estadio vacío? ¿Alejarlo de los ojos del mundo? ¿Qué no viajasen los hinchas? ¿Crear problemas a los equipos? Mientras el cuadro brasileño estaba jugándose a 11.500 kilómetros de distancia el título del Brasileirão menos de 72 horas antes del duelo, su adversario descansaba tranquilo en el emirato. Botafogo, que llegó en la víspera a Qatar, pasó un día viajando. Eso, tras festejar los campeonatos brasileño y continental. Es decir, aunque felices, llegaban agotados física y mentalmente, lo cual perjudicó el espectáculo. Un partido que además de la lejanía de los aficionados, se jugó en día laboral, en horario matinal en los países de ambos contendientes. Cabe preguntarse qué habría hecho la FIFA si Pachuca hubiera alcanzado la final del fútbol mexicano, que se disputará esta misma semana. Otro despropósito.
¿Cómo olvidarnos del Mundial de Clubes 2025 en Estados Unidos? Quizá su gran obra, la que espera que le perpetúe en el imaginario colectivo del balompié. ¿Qué los jugadores están explotados y se interrumpen tanto sus vacaciones como otros campeonatos nacionales? Todo sea "For the good of the game", como reza el lema de la FIFA. El torneo, que no despierta pasiones ni interés, habrá que ver si consigue llenar estadios (apostamos por entradas regaladas por doquier), pues si casi no recibió pujas por los derechos internacionales, ha llegado misteriosamente DAZN para pagar 1000 millones por los mismos. Con dinero procedente de Arabia Saudí, donde casualmente la federación internacional firmó este año un lucrativo contrato con la petrolera Aramco, altamente contaminante, y por el que la FIFA recibió una carta firmada por un centenar de futbolistas (femeninas)... carta que no le ha afectado en lo más mínimo, como tampoco las de las federaciones nacionales de Noruega y Suiza expresando su preocupación por la elección saudí para 2024.
Así pues, nos queda un calendario con competiciones solapándose, un probable Mundial muy problemático de nuevo en noviembre-diciembre de 2034, un Mundial de Clubes 2025 que la mayoría preferiría no disputar, una Copa Intercontinental jugándose en la clandestinidad y de nuevo una ola de hipocresía y cinismo irrefrenables. Infantino nos está robando el fútbol, quitándole toda la inocencia e ilusión que podía quedarle, para regalársela a los Putin, Trump o Bin Salman de la vida. Todo le da igual con tal de engordar su cuenta bancaria. Basta ya Gianni, vete pronto y nunca vuelvas. Quizá así logremos olvidar algún día el daño que tu nefasta figura está infligiendo sin vergüenza alguna.
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