Otra muesca entre Barça e Inter

Mourinho y Eto'o festejan juntos el pase a la final del Inter.

Corría la primavera de 2010 cuando el Inter se encaminaba hacia su quinto Scudetto consecutivo, ahora dirigido por José Mourinho. El Calciopoli les favoreció en todo aquello que se le había negado años antes, configurando un poderoso equipo que llevaba décadas esperando saldar cuentas pendientes en la Copa de Europa. Se iba a enfrentar nada menos que al Barcelona de Pep Guardiola, increíble equipo de talla histórica, además de vigente campeón continental. Un reto mayúsculo.

El que esto escribe, interista desde niño (y también desde años antes de que llegase Ronaldo Nazario, precisamente desde la ciudad Condal), se encontraba trabajando en Austria en vísperas del choque de ida de aquella semifinal. Intenté acudir a Milán para el encuentro, pero no pude convencer a nadie para acompañarme, ya que no tenía manera de ir desde el pueblecito alpino en que me encontraba. Allí viví con pasión la victoria nerazzura por 3-1, remontando Sneijder, Diego Milito y Maicon el gol inicial de Pedro para los culés.

La vuelta fue muy sufrida. El Barça salió con todo, Motta fue expulsado injustamente por una agresión que no fue a Busquets, echándose el Inter atrás sin vergüenza alguna para aguantar el chaparrón. Hasta Eto'o, que había intercambiado camisetas con Ibrahimovic, se batió como segundo lateral derecho. Solo Piqué pudo superar a Julio César. Casi muero con el gol anulado a Bojan Krkic. Lo pasé muy mal, claro. El pitido final más que llevar a celebración, me dio alivio. Lo vi solo en el salón de casa, sin otro alma al que abrazarme. Da igual, estábamos en la final (a la que también intenté ir, pero no pude).

Años más tarde han vuelto a encontrarse en varias ocasiones en fase de grupos. En una de ellas, acudí a San Siro. Fue 1-1, con gol de Malcom para el Barça, y de Mauro Icardi para el Inter. Lo pasamos genial, casi vencemos. Creo que no avanzamos a octavos, algo propio de aquel irregular equipo. Más reciente fue el doble duelo, con 1-0 en San Siro merced a un disparo desde la frontal de Çalhanoğlu, seguido de un espectacular empate 3-3 en el Camp Nou, una noche que prácticamente retiró a Piqué del fútbol.

Y aquí estamos, a punto de encontrarnos de nuevo. El Barça, otra vez brillando como el equipo de la temporada en Europa. El Inter, algo deprimido tras una pésima racha de derrotas, sin goles anotados, con lesiones de pesos, sin suerte apenas. Aunque con todas las ganas de mundo de resarcirse, de reencontrarse, de volver a sentirse grandes ante un adversario enorme y peligroso. No sé hasta qué punto es bueno que la vuelta sea en San Siro, teniendo que exponerse el equipo si hay que remontar. O no, abrigo de nuestros tifosi si hemos de defender el resultado. 

Esta vez no lo veré solo. Me va a acompañar mi esposa. Eso sí, juventina ella, no espero apoyo. A decir verdad querrá que se acabe pronto para que veamos algo diferente en la tele. Sin duda lo voy a necesitar, porque va a ser un duelo de alta tensión... aunque dudo que cambiar de canal me saque de la cabeza los acontecimientos que voy a presenciar, así como pensar en una vuelta que podría llevarnos de nuevo a una final. Este pasado fin de semana, estando en Italia por un tema familiar, le dije a un par de amigos interistas que "ci vediamo a Monaco". Ojalá.

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