Copa Libertadores: el mejor Boca solo vence 2-1 a Cruzeiro
Según se dirimían los instantes decisivos de la prórroga que permitiría conocer al segundo finalista de la Copa de Europa (finamente el Chelsea), echaba a rodar el balón en la engalanada Bombonera en el choque que enfrentaba a Boca y Cruzeiro.
El plantel visitante llegaba a Buenos Aires pletórico tras golear a domicilio a su clásico rival en el Campeonato Mineiro. Por su parte los xeneizes recuperaban a bastantes efectivos respecto al clásico contra San Lorenzo del pasado domingo, siendo Rodrigo Palacio y Juan Román Riquelme los más destacados, aunque los defensores Ibarra, Morel Rodríguez y Paletta no pudieron estar a disposición de Ischia. Precisamente fue el Diez el que inauguraría el marcador a los 6 minutos tras rematar llegando desde atrás un pase al corazón del área de Álvaro González, que había ganado la línea de fondo por el costado derecho.
El gol despertó al Cruzeiro, que se sacudió ligeramente su timidez dando un paso adelante para intentar sacudirse el dominio local. Sin embargo, pese a alguna internada esporádica de Vagner y los intentos aislados de Marcelo Moreno (de lo poco salvable en el Raposa durante el primer tiempo), Riquelme dominaba a sus anchas, aprovechando a la perfección los espacios que dejaba el conjunto brasileño para armar contrataques que de no ser por el desacierto del voluntarioso Palermo hubieran supuesto mayor renta antes del descanso.
La segunda mitad comenzó con una clara ocasión de Palacio tras un excelente taconazo de Palermo, que lo dejó solo ante el meta visitante, aunque el de Bahía Blanca la tiró por encima el arco de Fabio. Fue la oportunidad más clara de los boquenses en el inicio del segundo tramo, pero no la única. Román tiraba de galones, Dátolo y Battaglia controlaban a los creadores rivales y Palermo generaba peligro constante aunque su buen partido no obtuvo el premio del gol.
El transcurso de los minutos no hizo más que acentuar el buen hacer de Boca ante un desdibujado plantel visitante, que no acababa de dar con la tecla y nunca se encontró cómodo. Tal era el dominio local que un balón recuperado en la parcela brasileña fraguó una gran jugada en la que Riquelme asistió a Dátolo para que destrozase la cintura de Thiago Heleno y batiese con la diestra a Fabio (minuto 65).
La contestación de Cruzeiro llegó un minuto después del 2-0 con una buena jugada de Ramires, que obligó a Caranta a realizar un paradón. Poco después, el balón besaba el larguero tras un tiro libre de Román (minuto 70), y acto seguido Palermo dispara al palo tras pase de Palacio, recogiendo el rechace Álvaro González, que falla de manera increíble con la puerta vacía.
Muy caro pagaron los argentinos no matar definitivamente a su rival, que en una jugada aislada obtuvo un córner del que llegó el gol de Fabricio tras rebotar en Álvaro González (minuto77), que envalentonó al equipo de Minas Gerais. De ahí al final nadie tomó el mando del encuentro, que se volvió impreciso ante los arreones de ambos contendientes. Solo Riquelme, siempre él, puso algo de precisión y peligro por los suyos, que tienen que conformarse con una renta escasa para los méritos contraídos en la noche porteña.
La vuelta será el próximo miércoles en el estadio Mineirão, con todas las espadas en lo alto y un Boca que se presentará en Brasil tras disputar el apasionante superclásico ante River Plate.
El plantel visitante llegaba a Buenos Aires pletórico tras golear a domicilio a su clásico rival en el Campeonato Mineiro. Por su parte los xeneizes recuperaban a bastantes efectivos respecto al clásico contra San Lorenzo del pasado domingo, siendo Rodrigo Palacio y Juan Román Riquelme los más destacados, aunque los defensores Ibarra, Morel Rodríguez y Paletta no pudieron estar a disposición de Ischia. Precisamente fue el Diez el que inauguraría el marcador a los 6 minutos tras rematar llegando desde atrás un pase al corazón del área de Álvaro González, que había ganado la línea de fondo por el costado derecho.
El gol despertó al Cruzeiro, que se sacudió ligeramente su timidez dando un paso adelante para intentar sacudirse el dominio local. Sin embargo, pese a alguna internada esporádica de Vagner y los intentos aislados de Marcelo Moreno (de lo poco salvable en el Raposa durante el primer tiempo), Riquelme dominaba a sus anchas, aprovechando a la perfección los espacios que dejaba el conjunto brasileño para armar contrataques que de no ser por el desacierto del voluntarioso Palermo hubieran supuesto mayor renta antes del descanso.
La segunda mitad comenzó con una clara ocasión de Palacio tras un excelente taconazo de Palermo, que lo dejó solo ante el meta visitante, aunque el de Bahía Blanca la tiró por encima el arco de Fabio. Fue la oportunidad más clara de los boquenses en el inicio del segundo tramo, pero no la única. Román tiraba de galones, Dátolo y Battaglia controlaban a los creadores rivales y Palermo generaba peligro constante aunque su buen partido no obtuvo el premio del gol.
El transcurso de los minutos no hizo más que acentuar el buen hacer de Boca ante un desdibujado plantel visitante, que no acababa de dar con la tecla y nunca se encontró cómodo. Tal era el dominio local que un balón recuperado en la parcela brasileña fraguó una gran jugada en la que Riquelme asistió a Dátolo para que destrozase la cintura de Thiago Heleno y batiese con la diestra a Fabio (minuto 65).
La contestación de Cruzeiro llegó un minuto después del 2-0 con una buena jugada de Ramires, que obligó a Caranta a realizar un paradón. Poco después, el balón besaba el larguero tras un tiro libre de Román (minuto 70), y acto seguido Palermo dispara al palo tras pase de Palacio, recogiendo el rechace Álvaro González, que falla de manera increíble con la puerta vacía.
Muy caro pagaron los argentinos no matar definitivamente a su rival, que en una jugada aislada obtuvo un córner del que llegó el gol de Fabricio tras rebotar en Álvaro González (minuto77), que envalentonó al equipo de Minas Gerais. De ahí al final nadie tomó el mando del encuentro, que se volvió impreciso ante los arreones de ambos contendientes. Solo Riquelme, siempre él, puso algo de precisión y peligro por los suyos, que tienen que conformarse con una renta escasa para los méritos contraídos en la noche porteña.
La vuelta será el próximo miércoles en el estadio Mineirão, con todas las espadas en lo alto y un Boca que se presentará en Brasil tras disputar el apasionante superclásico ante River Plate.
Comentarios
pasate por el blog, resumen de che-liv, me gustaria saber tu opinion.
siempre info nueva, me gustaria verte seguido por alli
un saludo
Saludos
Principalmente vi muy interesante la labor de Sebastian Battaglia en desconexión del juego brasileño. Muy bien Riquelme; la baja de Ibarra se me antoja demasiado importante para los xenizes.
Un abrazo, amigo.
Saludos,
Migue
pd: participá de la votación al "Mejor Post Abril 2008" en mi blog!
Saludos!!