¿Otro año de mediocridad en Italia?
Qué difícil es pontificar verdades confluyentes en un mundo en el que todo depende de los caprichos de un balón. Y todavía lo es más en Italia , país en el que es complicado maltratar y gestionar peor el amor por el calcio y que, sin embargo, celebró el triunfo en la última Champions League . Que el título conseguido por el Inter sea una flor en el desierto o que sean los brotes verdes de una nueva primavera es discutible, pero todo parece una vez más encaminado para que vivamos un nuevo capítulo de la decadencia del fútbol italiano. Salvo temporadón épico, Alemania superará a final de año a Italia en el coeficiente Uefa , perdiendo así esta última la cuarta plaza de Champions ; las estrellas mundiales no suspiran por incorporarse a los clubes italianos (salvo Ibrahimovic, fanático confeso del Milan -y de 230 equipos más- desde el momento de su concepción) y ni siquiera el imán del Inter consigue atraer (y retener) a los cracks . Por si fuera poco, la violencia y el ambiente cargado ...