El adiós de un viejo futbolista
-Llevaba un par de días muerto, se han dado cuenta por el olor.
Mi padre acababa de volver a casa, tras acercarse, calle abajo, a la de un vecino, conocido nuestro, enfrente de la cual estaba parado hace un rato un furgón y un coche de policía. Unos hombres vestido con monos blancos y mascaras habían entrado en la vivienda.
- Al parecer sus sobrinos han llamado a la policía, cuando no consiguieron ponerse en contacto con el.
El señor Paco, vivía solo, desde que hacia un par de años murió su mujer. Debía andar más allá de los 80, siempre reconocible por su bigote blanco y sus tirantes.
-Pero si lo saludé el lunes, cuando volvía de la compra, y no parecía que le sucediera nada-comentaba mi madre.
Jugaba al domino en el casino con mi padre, muchas tardes, y mi madre solía llevarle comida (guisaba de mas y le guardaba un poco), para que comiera caliente, como dice ella.
- Mira, ahora se lo llevan, pobre hombre.
Por la ventana podía observarse el trajín de los encargados de la morgue, los agentes vigilando, intentando apartar de la escena a los curiosos.
El señor Paco…recuerdo como un día, en el autobús, me lo encontré. Yo volvía del trabajo, y el de la casa de una sobrina. Nos saludamos, cuando me vio, siempre estaba algo despistado (y seguramente no veía demasiado bien, esas gafas que llevaba de gruesos cristales así parecían indicarlo).
Me pregunto por mis padres y me dijo que se iba a ir a Palma de Mallorca, de donde era, unos días con la familia.
Se había venido para hacer la mili aquí, a Cartagena, como tantos jóvenes. Acá conoció a su mujer y ya nunca más se marcho…hasta ahora.
Recuerdo ese viaje en el urbano. Porque entre una cosa y otra, me comento como había debutado en segunda división con el Efese, allá por los cuarenta. El, que había hecho sus pinitos en la cantera del Atlético Baleares, como tantos otros futbolistas llamados a filas, eran captados por los equipos de los lugares donde estaban de guarnición para engrosar sus plantillas. De esta manera, el Cartagena, con una ciudad que rebosaba de marineros, artilleros e infantes, como importante base naval y militar que era, solía tener por esos años un buen equipo., aunque muchos de sus jugadores apenas duraran dos o tres años, los que durara el servicio militar, antes de marcharse a sus clubes de origen.
- Por entonces teníamos un capitán muy aficionado al futbol, no veas, a los cuatro o cinco del equipo que estábamos haciendo la mili nos encuadraron juntos, a sus ordenes, policía militar. Capitán Ramírez, un tipo alto, gallego, con algo de mala gaita. Cuando ganábamos, nos liberaba de todas las tareas, y podíamos salir a de paseo por las las tardes, así fue como conocí a mi Nieves. Pero cuando perdíamos…nos pasábamos horas pelando patatas, parecía que teníamos allí la cosecha entera.
Todo esto lo decía con su acento mallorquín aun intacto y algo socarrón.
Hacia años que no pisaba un campo, desde que el viejo Almajal cayera derribado al final de aquella temporada 87-88…la de la inauguración del nuevo y flamante Cartagonova, y la ultima que viera al viejo e histórico Cartagena FC en segunda…si es que cuando alguien esta gafado en el futbol…
Se nos fue, otro elemento del viejo barrio perdido para siempre, adiós a los saludos cordiales, adiós a su presencia confortable.
-Muerto en la cama, era su tercer infarto…escuchaba esta mañana sobre el. Que tristeza, morir solo (aunque como una amiga dice, todo el mundo lo hace…morir es de esas cosas que no se puede dejar en manos de nadie), sin que en dos días nadie se acuerde de ti, o te eche en falta… ¿llorara alguien por el? ¿Dentro de una semana, o de un mes, o de un año, alguien le recordara?
Estas cosas te hacen sentir pequeño, miserable, una simple masa de hueso y carne en la inmensidad de un mundo que nunca para, falte quien falte…
Descanse en paz, Don Paco, al menos que estas líneas sirvan para que alguien, al leerlo, le recuerde, pues solo la memoria, como decía Manrique, la fama, perdurara en el tiempo…
Este mundo es el camino
Para el otro, que es morada
Sin pesar;
Más cumple tener buen tino
Para andar esta jornada
Sin errar.
Partimos cuando nacemos,
Andamos mientras vivimos,
Y llegamos
Al tiempo que fenecemos;
Así que cuando morimos
Descansamos.
Posdata: Por desgracia, solo una pequeña parte de este relato es un cuento, la vida real es casi siempre la mejor narradora…
Mi padre acababa de volver a casa, tras acercarse, calle abajo, a la de un vecino, conocido nuestro, enfrente de la cual estaba parado hace un rato un furgón y un coche de policía. Unos hombres vestido con monos blancos y mascaras habían entrado en la vivienda.
- Al parecer sus sobrinos han llamado a la policía, cuando no consiguieron ponerse en contacto con el.
El señor Paco, vivía solo, desde que hacia un par de años murió su mujer. Debía andar más allá de los 80, siempre reconocible por su bigote blanco y sus tirantes.
-Pero si lo saludé el lunes, cuando volvía de la compra, y no parecía que le sucediera nada-comentaba mi madre.
Jugaba al domino en el casino con mi padre, muchas tardes, y mi madre solía llevarle comida (guisaba de mas y le guardaba un poco), para que comiera caliente, como dice ella.
- Mira, ahora se lo llevan, pobre hombre.
Por la ventana podía observarse el trajín de los encargados de la morgue, los agentes vigilando, intentando apartar de la escena a los curiosos.
El señor Paco…recuerdo como un día, en el autobús, me lo encontré. Yo volvía del trabajo, y el de la casa de una sobrina. Nos saludamos, cuando me vio, siempre estaba algo despistado (y seguramente no veía demasiado bien, esas gafas que llevaba de gruesos cristales así parecían indicarlo).
Me pregunto por mis padres y me dijo que se iba a ir a Palma de Mallorca, de donde era, unos días con la familia.
Se había venido para hacer la mili aquí, a Cartagena, como tantos jóvenes. Acá conoció a su mujer y ya nunca más se marcho…hasta ahora.
Recuerdo ese viaje en el urbano. Porque entre una cosa y otra, me comento como había debutado en segunda división con el Efese, allá por los cuarenta. El, que había hecho sus pinitos en la cantera del Atlético Baleares, como tantos otros futbolistas llamados a filas, eran captados por los equipos de los lugares donde estaban de guarnición para engrosar sus plantillas. De esta manera, el Cartagena, con una ciudad que rebosaba de marineros, artilleros e infantes, como importante base naval y militar que era, solía tener por esos años un buen equipo., aunque muchos de sus jugadores apenas duraran dos o tres años, los que durara el servicio militar, antes de marcharse a sus clubes de origen.
- Por entonces teníamos un capitán muy aficionado al futbol, no veas, a los cuatro o cinco del equipo que estábamos haciendo la mili nos encuadraron juntos, a sus ordenes, policía militar. Capitán Ramírez, un tipo alto, gallego, con algo de mala gaita. Cuando ganábamos, nos liberaba de todas las tareas, y podíamos salir a de paseo por las las tardes, así fue como conocí a mi Nieves. Pero cuando perdíamos…nos pasábamos horas pelando patatas, parecía que teníamos allí la cosecha entera.
Todo esto lo decía con su acento mallorquín aun intacto y algo socarrón.
Hacia años que no pisaba un campo, desde que el viejo Almajal cayera derribado al final de aquella temporada 87-88…la de la inauguración del nuevo y flamante Cartagonova, y la ultima que viera al viejo e histórico Cartagena FC en segunda…si es que cuando alguien esta gafado en el futbol…
Se nos fue, otro elemento del viejo barrio perdido para siempre, adiós a los saludos cordiales, adiós a su presencia confortable.
-Muerto en la cama, era su tercer infarto…escuchaba esta mañana sobre el. Que tristeza, morir solo (aunque como una amiga dice, todo el mundo lo hace…morir es de esas cosas que no se puede dejar en manos de nadie), sin que en dos días nadie se acuerde de ti, o te eche en falta… ¿llorara alguien por el? ¿Dentro de una semana, o de un mes, o de un año, alguien le recordara?
Estas cosas te hacen sentir pequeño, miserable, una simple masa de hueso y carne en la inmensidad de un mundo que nunca para, falte quien falte…
Descanse en paz, Don Paco, al menos que estas líneas sirvan para que alguien, al leerlo, le recuerde, pues solo la memoria, como decía Manrique, la fama, perdurara en el tiempo…
Este mundo es el camino
Para el otro, que es morada
Sin pesar;
Más cumple tener buen tino
Para andar esta jornada
Sin errar.
Partimos cuando nacemos,
Andamos mientras vivimos,
Y llegamos
Al tiempo que fenecemos;
Así que cuando morimos
Descansamos.
Posdata: Por desgracia, solo una pequeña parte de este relato es un cuento, la vida real es casi siempre la mejor narradora…
Comentarios
El se fue antes, pero para allá vamos todos.