¿Fin de ciclo?
Muy posiblemente, casi seguro, es más una mala imagen, un mito, que una realidad. Porque reducir realidades tan complejas como las del Liverpool o el Inter a los errores de un solo hombre es, cuanto menos, simplista. Pero Benítez se está ganando a pulso esa imagen de entrenador decadente, que dio primero con un Liverpool al que no logró llevar a Champions y por el que pasó, con su visto bueno, un carrusel de jugadores mediocres y ahora con un Inter que vive su mayor crisis desde que entró en un círculo virtuoso en el 2006.
La grave crisis económica, institucional y deportiva que viven los reds post Benítez apunta a que no todas las culpas deben cargarse en él, como también hay que valorar la valentía de marcharse a un equipo como el Inter con mucho que perder y nada por ganar. Pero, sea por una plantilla envejecida (aunque hace apenas unos meses esa misma edad era valorada como experiencia), por su falta de dotes como motivador o estratega (los grandes puntos de Mourinho), por la falta de hambre de un grupo que lo ha ganado todo, por la ausencia de fichajes (ni siquiera se cubrió la salida de Balotelli) o por la plaga de lesiones que han padecido desde Julio Cesar a Milito, lo cierto es que este Inter tiene poco que ver con la apisonadora de los últimos dos años y recuerda demasiado a aquel Inter sin alma y desorientado de no hace tanto.
El domingo el Inter cayó derrotado 2-1 ante el modesto (pero bravo) Chievo Verona. Más allá del resultado, que se une a la derrota en el derby y a una clasificación en la que los interistas ven a sus vecinos líderes desde una distancia de 9 puntos, la peor noticia para el Inter fue su falta de actitud, de ganas, de hambre. Sólo a punto de finalizar el encuentro, tras el gol de Etoo en el descuento, los nerazzurri mostraron una gota de esa intensidad con la que amenazaba a sus rivales hace unos meses. El único que se salvó de la quema, Samuel Etoo, se pasó de revoluciones, propinando un cabezazo a Cesar, que refleja como nada esa impotencia que sufre el equipo.
Todavía es pronto para hablar de un cambio de ciclo en el fútbol italiano. Hace un año, el Inter tenía prácticamente el título ganado en enero y finalmente acabó pidiendo la hora ante una Roma que pasó el primer tercio del campeonato luchando contra el descenso. Pero la pinta de este Inter en el que ya se busca sustituto para Benítez (se ha llegado a mencionar a desde Rijkaard hasta a Trapattoni) no invita al optimismo.
Desde el otro fondo de San Siro, resulta casi irónico que el Milan haya conseguido la fiabilidad y la velocidad de crucero que lo ha llevado al liderato prescindiendo de dos de sus jugadores con más talento (Pirlo, en un principio por lesión, y Ronaldinho) y confiando todo en la solidez de un mediocampo con Gattuso y Ambrosini acompañando a Boateng o Flamini. En años de alabanzas del fútbol de toque y de centrocampistas pequeños y creativos, este Milan de los mediani será una solución solo para casa o una genialidad dependiendo de los resultados por Europa.
La grave crisis económica, institucional y deportiva que viven los reds post Benítez apunta a que no todas las culpas deben cargarse en él, como también hay que valorar la valentía de marcharse a un equipo como el Inter con mucho que perder y nada por ganar. Pero, sea por una plantilla envejecida (aunque hace apenas unos meses esa misma edad era valorada como experiencia), por su falta de dotes como motivador o estratega (los grandes puntos de Mourinho), por la falta de hambre de un grupo que lo ha ganado todo, por la ausencia de fichajes (ni siquiera se cubrió la salida de Balotelli) o por la plaga de lesiones que han padecido desde Julio Cesar a Milito, lo cierto es que este Inter tiene poco que ver con la apisonadora de los últimos dos años y recuerda demasiado a aquel Inter sin alma y desorientado de no hace tanto.
El domingo el Inter cayó derrotado 2-1 ante el modesto (pero bravo) Chievo Verona. Más allá del resultado, que se une a la derrota en el derby y a una clasificación en la que los interistas ven a sus vecinos líderes desde una distancia de 9 puntos, la peor noticia para el Inter fue su falta de actitud, de ganas, de hambre. Sólo a punto de finalizar el encuentro, tras el gol de Etoo en el descuento, los nerazzurri mostraron una gota de esa intensidad con la que amenazaba a sus rivales hace unos meses. El único que se salvó de la quema, Samuel Etoo, se pasó de revoluciones, propinando un cabezazo a Cesar, que refleja como nada esa impotencia que sufre el equipo.
Todavía es pronto para hablar de un cambio de ciclo en el fútbol italiano. Hace un año, el Inter tenía prácticamente el título ganado en enero y finalmente acabó pidiendo la hora ante una Roma que pasó el primer tercio del campeonato luchando contra el descenso. Pero la pinta de este Inter en el que ya se busca sustituto para Benítez (se ha llegado a mencionar a desde Rijkaard hasta a Trapattoni) no invita al optimismo.
Desde el otro fondo de San Siro, resulta casi irónico que el Milan haya conseguido la fiabilidad y la velocidad de crucero que lo ha llevado al liderato prescindiendo de dos de sus jugadores con más talento (Pirlo, en un principio por lesión, y Ronaldinho) y confiando todo en la solidez de un mediocampo con Gattuso y Ambrosini acompañando a Boateng o Flamini. En años de alabanzas del fútbol de toque y de centrocampistas pequeños y creativos, este Milan de los mediani será una solución solo para casa o una genialidad dependiendo de los resultados por Europa.
Comentarios
Por un lado, tenemos las muchísimas lesiones en jugadores muy importantes (empezando por Milito, el hombre clave el año pasado) quizá por el brutal esfuerzo físico y emocional de la temporada pasada están siendo un lastre terrible. El mismo Sneijder tuvo un desfallecimiento recientemente.
Y por otra parte, pues Benítez, que está pagando un poco la novatada en el fútbol italiano. Más alla que tenga mejor o peor reputación (y yo no soy muy de Benítez) no deja de ser un técnico que se enfrenta a un vestuario que por una parte es completamente nuevo para él y que por si fuera poco viene de ganarlo todo, lo cual no deja de suponer una dificultad añadida. Muchas veces es más difícil la gestión desde el éxito que desde el fracaso.
¿Fin de ciclo? pues no lo se. El Bayern de Munich anda en circunstancia no muy diferente, y los antecedentes (salvo por el cambio de entrenador, que no es poca cosa) anda más o menos. Creo que solo el tiempo nos sacará de dudas pero yo de momento les daría un voto de confianza a ambos.
Las bajas están influyendo pero nueve puntos del Milan que tampoco es una maquina es mucha diferencia.
Hoy se la juega en Champions, en caso de perder Benitez peligra, me parece un buen entrenador (peor manager), en el Liverpool era especialista en partidos de Copa de Europa contra rivales en principio superiores, veremos si tiene la opción de llegar a los octavos.
Os recomiendo la sección La onda expansiva de Corazón Boquerón.
Un abrazo.