Descubriendo el Three Sided Football
Cuando hace unos meses nuestros amigos de DDF publicaron este post sobre una nueva variante del fútbol, fue cuando a muchos nos llegó la primera onda del llamado Three sided football, o fútbol a tres porterías. Una cosa casi inconcebible estaba teniendo lugar. Todos hemos visto casi nacer diferentes variedades que alteraban varias características del Fútbol Asociación como tal (el fútbol sala, el fútbol siete, incluso el llamado fútbol indoor entre las más conocidas), pero a alguien ya se le había ocurrido que era posible el dar un giro más cualitativo, más conceptual, más revolucionario si se quiere ver asi. Un giro el que se modifica el número de equipos participantes, el número de porterías, incluso la forma del tradicional rectángulo de césped para dar lugar a un juego nuevo. ¿Cómo sería eso posible?, o más bien, ¿cómo sería eso, simplemente?
La primera pregunta tiene una respuesta rápida: con sus propias normas y contexto. Más allá de la forma hexagonal del campo (30 metros de lado) o del hecho en sí de la presencia de un tercer equipo las reglas del Fútbol a Tres porterías evidentemente parten de las del fútbol asociación aunque existen lógicas variaciones, como en el número de participantes por equipo (5 jugadores de campo, 1 portero, y 4 suplentes), el número de cambios (ilimitados) o la ausencia del fuera de juego. Pero la diferencia fundamental es otra. El ganador de cada partido es el equipo con menos goles encajados, en primer lugar, y en caso de empate en tal circunstancia, el ganador será aquel que haya logrado mayor número de goles. ¿Supone esto que el futbol a 3 es un juego defensivo? No, pese a que lo pudiera parecer desde una perspectiva teórica. Pero sí influye de otra manera que afectará a los equipos en liza, convirtiéndolo en un deporte eminentemente estratégico, ya que las alianzas entre unos equipos y otros (perfectamente legales) cobran una importancia determinante.
¿Y cómo se desarrolla todo esto en realidad? La respuesta a esta cuestión os la podemos ofrecer de primera mano. El pasado viernes, dos miembros de este blog (Garrincha y yo) pudimos participar en un partido organizado por la Fundación Athletic Club en La Ciudad del Fútbol de la RFEF, junto a un nutrido grupo de periodistas y blogueros de nuestro país. El fútbol, en una versión nueva pero fútbol al fin y al cabo, nos volvía a poner en el camino un dulce, o varios. Primero, en lo humano, la posibilidad de reencontrarnos con viejos conocidos como Antonio Agredano, Menottinto, o Miguel Gutiérrez, o la posibilidad de conocer personalmente a Dadán Narval ( por fin, tras algún intento frustrado ) y entre muchos otros, que espero sepan disculparme por no poder recordar a todos los allí presentes, a otros participantes del encuentro como Filippo Ricci (La Gazzetta dello Sport y colaborador de Fiebre Maldini), Sid Lowe (The Guardian), José Mendoza(Sportyou), Pablo Pinto e Iñaki Cano Martínez (Canal Plus) , Fermín de la Calle (AS), Rodrigo Errasti (Yahoo Eurosport) , Manuel Martín, Carlos Cecilia (que se destapó como un entrenador brutal) , Carlos J Cano, Daniel Senovilla y Pablo Egea (Marca), y asi hasta los 24 que completamos los tres equipos que disputaron el partido. Y en segundo lugar, pero no menos importante, el jugar un partido del tema central de este artículo y poder testar sus reglas.
Centrándonos ya en el partido, los dos cafeteros quedamos encuadrados en el equipo negro, junto a Antonio Agredano (porterazo), Carlos Cecilia, Pablo Pinto, Carlos, Gonzalo e Iñaki Cano. Creo que si intentara escribir una crónica "más imparcial" se perderían tanto matices como parte del espíritu del 3sided, por lo que os pido me permitais algunas licencias.
En el verde, el encuentro comenzó con el campo "volcado" hacia el tercio defendido por el equipo blanco, siendo víctimas de casi constantes ataques por una conspiración más bien casual de los otros dos equipos, si bien las alianzas en esta fase del partido tenían un carácter más espontáneo ("todos a por los blancos! "que ganan los rojos!") que puramente estratégico, pero su portero respondía magníficamente a las acometidas rivales, incluido un chut cafetero, en el que este que os escribe vio como un balón que llevaba visos de ser el gol más bello jamas propulsado por mis pies -algo no muy difícil- era magníficamente despejado por el citado guardameta, snif .
Durante el descanso entre este primer período y el segundo (cada partido consta de tres tiempos), la charla que tuvimos entre los componentes de nuestro equipo, magníficamente liderada por Carlos Cecilia, sirvió para definir cómo el equipo rojo se estaba viendo beneficiado por la dinámica del partido, por lo que debíamos tratar de conectar con el equipo blanco para que no fuéramos perjudicados. Además tratamos de definir quién iría haciéndose cargo de las líneas y demás cuestiones tácticas, cuestiones lógicas si tenemos en cuenta que nunca habíamos jugado juntos.
Durante esa segundo parte la acción no se concentró masivamente en ninguna de las tres porterías sino que más bien fue configurando el contexto del último y definitivo acto, al que si mal no recuerdo, llegamos con más opciones de triunfo los combinados negro y rojo, pero con los rojos (en los que militaban Filippo y Sid) con la ligera ventaja de haber marcado un gol más que nosotros.
Nos situamos ya en la charla previa al período definitivo, con un cierto aroma a prórroga en la que se va a decidir todo. En nuestro corro somos conscientes de dos cosas. Primero, el partido va a depender de los goles que nosotros encajemos, que podrían poner el encuentro en franquicia para los colorados, y Segundo, en el caso que consigamos marcar nosotros y ponernos por delante, la que se nos vendrá encima será tremenda. Todo ello nos lleva a la conclusión que será mejor darse pocas alegrías en ataque, y estar más que atentos a los balones que lleguen a nuestra zona, rifándola las veces que haga falta, a ser posible en busca de la portería roja.
Empieza el tercer y definitivo acto. Y se va haciendo patente una alianza entre los dos equipos contrarios, que en caso de duda, se lanzan hacia nuestra meta. Pero a unos cinco minutos del final, conseguimos ponernos primeros en el marcador, lo que nos lleva inevitablemente a convertirnos en el ojo de la diana. Alguien pide un tiempo muerto (cada equipo dispone de uno durante cada partido) y decidimos que la única táctica posible de "supervivencia" es defendernos como podamos siendo conscientes que en el mejor de los casos, defenderemos cinco contra diez. Achicamos espacios, corremos de lado a lado, Agredano consigue más de una intervención de mérito...pero el milagro se hace imposible. Anotan un gol tras el saque de una falta y poco después otro. Con poco tiempo por delante, se hace imperiosamente necesario un pacto con el equipo blanco, pero estos permanecen fieles a su alianza rojiblanca (¿sería un homenaje al propio Athletic?) y continúan atacándonos.
La primera pregunta tiene una respuesta rápida: con sus propias normas y contexto. Más allá de la forma hexagonal del campo (30 metros de lado) o del hecho en sí de la presencia de un tercer equipo las reglas del Fútbol a Tres porterías evidentemente parten de las del fútbol asociación aunque existen lógicas variaciones, como en el número de participantes por equipo (5 jugadores de campo, 1 portero, y 4 suplentes), el número de cambios (ilimitados) o la ausencia del fuera de juego. Pero la diferencia fundamental es otra. El ganador de cada partido es el equipo con menos goles encajados, en primer lugar, y en caso de empate en tal circunstancia, el ganador será aquel que haya logrado mayor número de goles. ¿Supone esto que el futbol a 3 es un juego defensivo? No, pese a que lo pudiera parecer desde una perspectiva teórica. Pero sí influye de otra manera que afectará a los equipos en liza, convirtiéndolo en un deporte eminentemente estratégico, ya que las alianzas entre unos equipos y otros (perfectamente legales) cobran una importancia determinante.
¿Y cómo se desarrolla todo esto en realidad? La respuesta a esta cuestión os la podemos ofrecer de primera mano. El pasado viernes, dos miembros de este blog (Garrincha y yo) pudimos participar en un partido organizado por la Fundación Athletic Club en La Ciudad del Fútbol de la RFEF, junto a un nutrido grupo de periodistas y blogueros de nuestro país. El fútbol, en una versión nueva pero fútbol al fin y al cabo, nos volvía a poner en el camino un dulce, o varios. Primero, en lo humano, la posibilidad de reencontrarnos con viejos conocidos como Antonio Agredano, Menottinto, o Miguel Gutiérrez, o la posibilidad de conocer personalmente a Dadán Narval ( por fin, tras algún intento frustrado ) y entre muchos otros, que espero sepan disculparme por no poder recordar a todos los allí presentes, a otros participantes del encuentro como Filippo Ricci (La Gazzetta dello Sport y colaborador de Fiebre Maldini), Sid Lowe (The Guardian), José Mendoza(Sportyou), Pablo Pinto e Iñaki Cano Martínez (Canal Plus) , Fermín de la Calle (AS), Rodrigo Errasti (Yahoo Eurosport) , Manuel Martín, Carlos Cecilia (que se destapó como un entrenador brutal) , Carlos J Cano, Daniel Senovilla y Pablo Egea (Marca), y asi hasta los 24 que completamos los tres equipos que disputaron el partido. Y en segundo lugar, pero no menos importante, el jugar un partido del tema central de este artículo y poder testar sus reglas.
Centrándonos ya en el partido, los dos cafeteros quedamos encuadrados en el equipo negro, junto a Antonio Agredano (porterazo), Carlos Cecilia, Pablo Pinto, Carlos, Gonzalo e Iñaki Cano. Creo que si intentara escribir una crónica "más imparcial" se perderían tanto matices como parte del espíritu del 3sided, por lo que os pido me permitais algunas licencias.
En el verde, el encuentro comenzó con el campo "volcado" hacia el tercio defendido por el equipo blanco, siendo víctimas de casi constantes ataques por una conspiración más bien casual de los otros dos equipos, si bien las alianzas en esta fase del partido tenían un carácter más espontáneo ("todos a por los blancos! "que ganan los rojos!") que puramente estratégico, pero su portero respondía magníficamente a las acometidas rivales, incluido un chut cafetero, en el que este que os escribe vio como un balón que llevaba visos de ser el gol más bello jamas propulsado por mis pies -algo no muy difícil- era magníficamente despejado por el citado guardameta, snif .
Durante el descanso entre este primer período y el segundo (cada partido consta de tres tiempos), la charla que tuvimos entre los componentes de nuestro equipo, magníficamente liderada por Carlos Cecilia, sirvió para definir cómo el equipo rojo se estaba viendo beneficiado por la dinámica del partido, por lo que debíamos tratar de conectar con el equipo blanco para que no fuéramos perjudicados. Además tratamos de definir quién iría haciéndose cargo de las líneas y demás cuestiones tácticas, cuestiones lógicas si tenemos en cuenta que nunca habíamos jugado juntos.
Durante esa segundo parte la acción no se concentró masivamente en ninguna de las tres porterías sino que más bien fue configurando el contexto del último y definitivo acto, al que si mal no recuerdo, llegamos con más opciones de triunfo los combinados negro y rojo, pero con los rojos (en los que militaban Filippo y Sid) con la ligera ventaja de haber marcado un gol más que nosotros.
Nos situamos ya en la charla previa al período definitivo, con un cierto aroma a prórroga en la que se va a decidir todo. En nuestro corro somos conscientes de dos cosas. Primero, el partido va a depender de los goles que nosotros encajemos, que podrían poner el encuentro en franquicia para los colorados, y Segundo, en el caso que consigamos marcar nosotros y ponernos por delante, la que se nos vendrá encima será tremenda. Todo ello nos lleva a la conclusión que será mejor darse pocas alegrías en ataque, y estar más que atentos a los balones que lleguen a nuestra zona, rifándola las veces que haga falta, a ser posible en busca de la portería roja.
Empieza el tercer y definitivo acto. Y se va haciendo patente una alianza entre los dos equipos contrarios, que en caso de duda, se lanzan hacia nuestra meta. Pero a unos cinco minutos del final, conseguimos ponernos primeros en el marcador, lo que nos lleva inevitablemente a convertirnos en el ojo de la diana. Alguien pide un tiempo muerto (cada equipo dispone de uno durante cada partido) y decidimos que la única táctica posible de "supervivencia" es defendernos como podamos siendo conscientes que en el mejor de los casos, defenderemos cinco contra diez. Achicamos espacios, corremos de lado a lado, Agredano consigue más de una intervención de mérito...pero el milagro se hace imposible. Anotan un gol tras el saque de una falta y poco después otro. Con poco tiempo por delante, se hace imperiosamente necesario un pacto con el equipo blanco, pero estos permanecen fieles a su alianza rojiblanca (¿sería un homenaje al propio Athletic?) y continúan atacándonos.
Final del partido. Ganan los rojos, lo tuvimos tan cerca...no obstante, el gesto de sonrisa se apodera de todos nosotros, en mayor o menor medida según el caso, según nos vamos felicitando unos equipos a otros, las polémicas que quedan no saldrán a rueda de prensa (si acaso a twitter, como cierto penalty que reclamaron dos equipos sin base alguna -ejem-) . Nos hicimos una foto de rigor todos los participantes - claro que el señor Filippo Ricci se encargó de marcar distancias al decir "y ahora, una foto de los campeones solos!" respondida con un mínimo abucheo por parte de los otros dos equipos - y nos quedamos, creo que muchos, con ganas de repetir experiencia.
Esta fue nuestra primera aproximación al Three sided football, por la que no dudamos en volver a agradecer a la Fundación Athletic Club que se acordara de este humilde blog, asi como a Dadán Narval, La Libreta y a todos los que lo hicieron posible.
Si os ha resultado interesante, os dejamos con unos cuantos links para profundizar algo más en el tema.
Documental (25 minutos) sobre el 3sided (link)
Reportaje en video de la revista sueca "Off side" sobre el 3sided en Bilbao (link)
Artículo de Manu Martín en su blog (link)
Álbum con fotos del evento: (link)
Momento de la charla técnica de Filippo Ricci a su equipo:
Fotografías y video: Miguel Gutiérrez.
Fotografías y video: Miguel Gutiérrez.
Comentarios
Me recuerda a los 'mundialitos' que a veces organizamos en la playa con los colegas. Una portería y equipos de dos jugadores cuya regla principal es que al recuperar el balón, tienes que irte hasta el medio campo (mínimo) y volver.
Tiene un cierto parecido con eso que comentas de los "mundialitos" porque rompe la "bidireccionalidad" del fútbol al que estamos acostumbrados, lo que conlleva, por ejemplo, a que si dos equipos atacan al tercero en un momento dado si uno de esos dos rompe el pacto, la portería del otro estaría más desguarnecida.
Más estrategia casi que en los partidos de NFL.