¿Ilusiona esta Liga?

Romaric, nueva incorporación del Real Zaragoza

A punto de arrancar una nueva campaña liguera me hago una pregunta en base a las sensaciones que despierta en mí el incipiente comienzo del campeonato nacional de Liga. ¿Ilusiona la 2012/13? Quizá sea algo particular y hayan muchos hinchas y aficiones completas a quienes el entusiasmo embargue a tan solo dos días del pistoletazo de salida, pero yo siento lo contrario por bastantes razones. 

Soy español y amo el fútbol. Además vivo en mi país, por lo que estoy bien jodido. Si usted lee desde Colombia o desde China puede que no lo entienda, pero todas estas premisas se cumplen ante unos condicionantes que pretenden aplastar al gran protagonista de este deporte: el aficionado. ¿Quién sino permite los sueldos de directivos, jugadores y representantes consumiendo fútbol en estadios, por televisión y a través del merchandising? Pues nosotros, a los que aquí se nos maniquea e insulta, ya sea con horarios extremos (a las 23 horas de un domingo) o con precios abusivos (especialmente sangrante es la comparación con la Bundesliga). 

Por si fuera poco hasta ayer por la tarde no supimos por qué vía de entre las varias plataformas y muchísimos canales podríamos disfrutar de los equipos de nuestros amores. Vamos, que los que permitimos todo esto, los que jugamos en las calles de pequeños con la esperanza de ser futbolistas un día y los que pagamos sus astronómicos sueldos somos a quienes se maltrata. Pues no se entiende, y echando un vistazo mismamente a Inglaterra uno se indigna y se deprime por la odiosa comparación.

Por otro lado está el tema de los repartos televisivos. Los clubes tienen unas deudas tan brutales que tan solo las instituciones saneadas de Premier y Bundesliga (no todas, pero si muchas en comparación con nuestro campeonato) pueden fichar al acceder a una parte justa del pastel y gracias a un estudiado y concienzudo sistema se permite disfrutar de clubes equilibrados que permiten buenas plantillas y traspasos ilusionantes. Eso sí, siempre hay por ahí algún caso como el del PSG que resulta excepcional. 

¿A qué viene lo anterior? A que aquí ya nadie trae grandes figuras, y ni los grandes han realizado ningún movimiento significativo (ni falta que les hace) salvo la incorporación de Jordi Alba al Barcelona. Hasta hace doce meses Cazorla, Falcao, Cesc o Sahin animaban un mercado estival fantástico. Ahora uno de ellos ha salido al no poder cubrir el Málaga todos los pagos por su llegada, el colombiano juega en un Atlético que debe gran parte de su traspaso al Oporto y a Jorge Mendes, Sahin no cuenta para Mourinho y Cesc es el único realmente consolidado en su club. 

De los nuevos que han cambiado de plantel en España o llegan desde fuera no son demasiados los que despiertan mi curiosidad. Particularmente creo que el Valencia es el que mejor se ha movido, con Guardado y Joao Pereira llamados a ser protagonistas en la escuadra che, donde si Jonathan Viera, Valdez, Gago y Canales colman las expectativas pueden convertirse en el equipo más llamativo del campeonato (fuera de los dos titanes, claro).

Michu, de Vallecas al Swansea galés.

Tampoco tienen mala pinta los proyectos de Levante (si Koné no se marcha formaría una gran dupla con Gekas), Getafe, Zaragoza o Deportivo, quienes cada uno dentro de sus posibilidades han confeccionado plantillas preparadas para pelear dignamente por objetivos que quizá superen con creces la permanencia, la primera meta de todos. 

Sin embargo aún persiste el temor por la salida de Koné al Wigan, de Isco al Arsenal o las de Javi Martínez y Fernando Llorente, que parece que se confirmarán en las próximas horas. La no-llegada de Diego al Atlético de Madrid y traspasos como los de Borja Valero (Fiorentina), Michu (Swansea) y Rondón (Rubin Kazán) demuestran una evidente tendencia en una Liga devaluada, arruinada y desilusionante, en la que hace un año nos preparábamos para ver si de verdad el Málaga era una alternativa a los poderosos, para ver los nuevos fichajes de los grandes, para comprobar los nuevos bríos colchoneros, las locuras de Bielsa o hasta donde aguantaría el Valencia. 

Ahora, con el Málaga asolado por las deudas y sin tregua por parte de nadie lejos de la Costa del Sol (cuando muchos otros se encuentran en aprietos económicos mucho mayores), con Valencia y Atleti parece que un poco más lejos de Madrid y Barça, con el Athletic en proceso de desintegración desgastado por Bielsa y con pocas caras nuevas y sin un duro en términos generales, se presenta la que quizás sea la Liga menos ilusionante que he vivido jamás.