Homenaje a la UD Salamanca
Edu Alonso y el 'Cuqui' Silvani |
Una de las ciudades españolas más bellas e históricas de la geografía nacional se encuentra consternada estos días ante la macabra cuenta atrás que vive con desasosiego y ansiedad por la inminente liquidación de la Unión Deportiva Salamanca, en una situación cuyo dramatismo ha ido aumentando cada vez más desde el pasado verano hasta alcanzarse prácticamente un ultimátum: o se encuentran patrocinadores/grupo de empresarios o el club deberá echar el cierre poniendo fin a 89 años de fútbol.
Antes de éste próximo domingo, cuando el conjunto salmantino visita al Fuenlabrada, el club necesita ingresar al menos 5 millones de € para no desaparecer como institución. Los jugadores llevan cinco meses sin cobrar, todo ello pese al buen inicio de temporada que los sitúa segundos a tan solo un punto del líder en el Grupo I de Segunda B. Es por ello que deseando con todas mis ganas que no desaparezca un club tan ilustre y amable quiero dedicarles hoy un pequeño homenaje recordando algunos de sus mejores momentos en su última etapa en Primera División, que data de finales del pasado siglo.
La historia es bien conocida: Juanma Lillo agarró al equipo en Segunda B en la 93-94 para llevarle a Primera en tan solo dos temporadas, coronadas con el mítico ascenso ante el Albacete tras remontar en casa una desventaja de 0-2 y golear en la vuelta en tierras manchegas. Pese a perder la categoría en tan solo un año, la semilla había arraigado de tal forma que en solo una campaña La Unión regresaría brillantemente entre los grandes al imponerse en Mendizorroza al Alavés.
Guardo con especial cariño en la memoria la temporada 1997-98. Mi Málaga ascendía de forma heroica a Segunda, el Real Madrid conquistaba la ansiada Séptima Copa de Europa, el Barça de Van Gaal conquistaba su primera Liga con los Rivaldo, Kluivert, Figo y Luis Enrique… y el Salamanca se ganaba a base de bien la etiqueta de matagigantes gracias a sus gestas durante todo el ejercicio.
Los charros se salvaron en la última jornada goleando al campeón en su casa, pero antes de eso disputaron muchos encuentros míticos que ayudaron a certificar la última campaña capaz de arrancarle una sonrisa al hincha salmantino. El regreso a la élite no sería sencillo, sumando apenas una victoria en el primer tercio del campeonato. Pero a raíz de una visita a Mestalla, donde se llevaron un sorprendente 0-1, todo cambió. El equipo comenzó a hacerse fuerte en casa, goleando primero al Deportivo por 4-1, superando 2-0 al Tenerife y remontándole al Barcelona un partido loco que acabó con triunfo por 4-3 y cuyo resumen podéis disfrutar a continuación:
Aquella gesta ante el líder de la Liga les hizo creer en sí mismos más que nunca. Recuerdo disfrutar aquel choque a mis catorce años con mi padre, fue un duelo increíble que aún a día de hoy me pone la piel de gallina. El Barça lo tuvo todo para ganar e incluso golear, pero la grandeza del fútbol reside en su capacidad para sorprendernos, pasando en pocos minutos de una probable goleada culé a una remontada tan impensable como épica, especialmente para el modesto club salmantino.
En aquel Salamanca el portero rumano Stelea era el encargado de defender la portería, acompañado por una zaga en la que destacaban Corino, el transalpino Marco Lanna, Sito y Loren. En la media se desempeñaban el brasileño Giovanella, el rumano Popescu (no confundir con el mítico Gica), César Brito y el portugués Rogerio, con Vellisca más adelantado y el luso Pauleta como punta de lanza, además de complementos como Edu Alonso, Silvani, Iturrino, Taira o Zegarra.
La victoria ante el Barça se produjo en la jornada 19, y tras varios altibajos que mantenían al equipo en la pugna por la permanencia otro choque inolvidable les esperaba ante el Atlético de Madrid en la trigésima fecha. Los colchoneros, campeones un par de años antes, contaban en sus filas con jugadores de la talla de Molina, Caminero, Kiko, Pantic o Christian Vieri, que anotó cuatro goles que no sirvieron para nada ya que el Salamanca les derrotó 5-4 gracias a sendos dobletes de Popescu y Silvani y un tanto en el último minuto de Edu Alonso que cerró el choque para algarabía del público local.
Igualmente aún faltaba por vivir algo inesperado en El Helmántico. El Valencia, ante el que comenzaron la remontada en la clasificación en la primera vuelta, les visitaba buscando un triunfo que les ayudase en su pugna por clasificarse para las competiciones europeas. Lo que sucedería sobre el césped del estadio salmantino pocos podían imaginarlo, aunque mejor vean las siguientes imágenes:
Y pensar que muchos de los componentes de aquel Valencia acabarían jugando muy poco después dos finales de Champions League: Mendieta, Carboni, Farinós, ‘Piojo’ López, Angulo… Las memorables victorias ante la mayoría de los grandes (aunque cayeron en ambos partidos contra el Real Madrid) aún necesitaban de un último empujón para asegurar la salvación. Tras pasar por encima de un desahuciado Sporting, una derrota en Tenerife junto al posterior empate en casa ante el Mallorca complicaron el panorama.
La última jornada debían visitar a un Barcelona ya campeón pero que venía de dos sonadas derrotas ante Betis y Atlético de Madrid, por lo que despedir la temporada con una victoria balsámica ante su público ayudaría a paliar la mala impresión, más aún a pocos días de que el eterno rival disputase la final de la Champions ante la Juventus.
Con todo, el Salamanca no se amilanó, saliendo al gran escenario culé con descaro a por una victoria esencial para eludir la quema. En su rival no jugaron Rivaldo, Kluivert o los hermanos De Boer, pero si una pléyade de internacionales como Figo, Amor, Anderson, Pizzi, Reiziger, Sergi o Fernando Couto. Al descanso un solitario tanto de Silvani lustraba el marcador. Por ahora el complicado objetivo se cumplía. Sin embargo la segunda mitad trajo el inesperado éxtasis. Pauleta por partida doble y César Brito fueron los artífices de un aplastante 1-4 que certificaba la permanencia de la forma más gloriosa posible.
Desgraciadamente la siguiente temporada La Unión descendió como colista, aunque prefiero no narrar aquellos hechos porque el Salamanca no ha regresado desde entonces a la máxima categoría. Si hay que despedirse de ella, mejor hagámoslo recordando sus momentos más felices.
Toda esta situación de la UD Salamanca debe llevar a una profunda reflexión a clubes y federación española, ya que pese al contexto actual de crisis existen formas más austeras y sobre todo inteligentes de dirigir las instituciones futbolísticas. Ya vimos lo que sucedió con el Polideportivo Ejido la temporada pasada, o lo que ha ocurrido recientemente con la readmisión forzada desde los juzgados del Orihuela en Segunda B. Y por desgracia lo que lleva ya un tiempo ocurriendo en nuestro fútbol, un cáncer que no parece que vaya a desaparecer a corto plazo. Desde esta humilde tribuna todo nuestro ánimo a cada hincha y a cada futbolista que sufre en sus carnes y su corazón un desarraigo tan duro como éste. Mi Málaga lo sufrió hace dos décadas, y como veis se recuperó. Ánimo, de todo se sale, es cuestión de arrimar el hombro, hacer una buena gestión y tener amor propio por los colores. El resto llegará solo.
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