Nueva polémica en torno a Garrincha
En estos días de ayuno futbolístico (excepto en las Islas Británicas ,¡que envidia!) echamos un vistazo a aquellos temas que pasan un poco desapercibidos ante los focos y la pomposidad de los grandes acontecimientos. Así, sale a la palestra una vez más la figura del mítico Manoel Dos Santos (Mané Garrincha para el resto del mundo), del que hacía tiempo que no hablabamos y que esta vez regresa a la actualidad por un busto del astro que se encuentra ubicado actualmente en Maracaná pero que los hinchas del Botafogo quieren llevarse para la cancha del club, el estadio Joao Havelange.
Según la torcida del Fogao, ellos cuidarían con más cariño el busto de Garrincha, aunque los familiares de este difieren por completo de esta opinión. Su hija María Cecilia fue tajante al anunciar que no habrá cambio de lugar para el busto: "Papá hizo historia en Botafogo...pero lo hizo más por Brasil".
Si bien los mejores momentos como futbolista de club llegaron en el equipo de la estrella solitaria, en la selección brasileña fue donde alcanzó las cotas de mito que a día de hoy lo sitúan como el más querido en su país (donde es calificado como “la alegría del pueblo”) y uno de los más grandes sin discusión de la historia. Por tanto, como gran admirador de la canarinha, de Botafogo y sobre todo de Garrincha, creo humildemente que la familia del jugador, al igual que la mayoría de la torcida brasileira, tienen razón y el busto de Manoel dos Santos, Garrincha, debe permanecer a las puertas del gran templo que es Maracaná, la casa por excelencia del fútbol brasileño, donde no solo él debería tener tal reconocimiento, sino también los Zagallo, Rivelino, Gerson, etc.
Según la torcida del Fogao, ellos cuidarían con más cariño el busto de Garrincha, aunque los familiares de este difieren por completo de esta opinión. Su hija María Cecilia fue tajante al anunciar que no habrá cambio de lugar para el busto: "Papá hizo historia en Botafogo...pero lo hizo más por Brasil".
Si bien los mejores momentos como futbolista de club llegaron en el equipo de la estrella solitaria, en la selección brasileña fue donde alcanzó las cotas de mito que a día de hoy lo sitúan como el más querido en su país (donde es calificado como “la alegría del pueblo”) y uno de los más grandes sin discusión de la historia. Por tanto, como gran admirador de la canarinha, de Botafogo y sobre todo de Garrincha, creo humildemente que la familia del jugador, al igual que la mayoría de la torcida brasileira, tienen razón y el busto de Manoel dos Santos, Garrincha, debe permanecer a las puertas del gran templo que es Maracaná, la casa por excelencia del fútbol brasileño, donde no solo él debería tener tal reconocimiento, sino también los Zagallo, Rivelino, Gerson, etc.
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