Polémica y pasión desbordada en el final de la liga iraní

El partido, denominado como final pues tenía carácter de ello para ambos contendientes, suponía todo un acontecimiento nacional ya enfrentaba a los mejores equipos del país, pues si bien el Sepahan disputó el último Mundial de Clubes (eso si, en calidad de subcampeón asiático), su rival pretendía recuperar el terreno perdido en años anteriores, ya que no obtenía el campeonato desde 2002.

Expuesto el panorama, ambos encabezaban la tabla con ligera ventaja para el Sepahan, al que le valía el empate para campeonar. La importancia del duelo se palpaba en cada jugada, pues el más mínimo error podía condenar el trabajo realizado durante toda la campaña, aunque no tardaría demasiado en adelantarse el conjunto capitalino merced a un tanto de Mohsen Khaili a los 17 minutos. Cuando el primer tiempo se acercaba a su fin, Ehsan Haj Safi aprovechó el gran pase de Hossein Kazemi para batir al portero en su salida y devolver el empate al marcador.
Ya en la segunda mitad ambos equipos gozaron de ocasiones para desnivelar la contienda, con el Persépolis volcándose cada vez más en pos del gol que les diese el título. Y llegaría, no sin polémica, pues el árbitro estiró a 7 los minutos descuento, y fue durante el 96’ cuando una tras una falta en la frontal y una serie de rebotes el defensa Sepehr Heidari anotaría de cabeza el 2-1 que hacía reventar de alegría las gradas del estadio Azadi.
Ya no quedaba tiempo para la reacción, por lo que un minuto después el Sepahan se quedaba a las puertas de su segundo título de campeón nacional mientras el Persépolis sumaba su 8º entorchado, siendo el equipo que más veces ha logrado imponerse en el torneo de la regularidad.
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