Copa Libertadores: T.Neves no fue suficiente para abatir LDUQ, nuevo campeón

LDUQ es nuevo campeón, y nos parece justo. Sin desmerecer jamás a ese equipazo que dirige Renato Gaucho en Fluminense, los de Edgardo Bauza nos parece un conjunto más sólido, con una idea global más definida y que jamás se pone nervioso en las situaciones límite. Bien lo ha demostrado dejando por el camino a domicilio a Estudiantes LP y saliendo vivo de canchas tan peligrosas como el Nuevo Gasómetro (San Lorenzo) o el Azteca (América). Anoche sin embargo cayó en Maracaná ante un imperial Thiago Neves, pero fueron los ecuatorianos los que dejaron ese poco de equipo campeón que luego se confirmaría en la tanda de penaltis.

Liga no salió a especular con el resultado de la ida y pronto se adelantó al culminar Bolaños (min’6) una larguísima jugada de Guerrón (a veces excesivamente individualista, como en este mismo lance), como siempre iniciada en las botas de Manso. Más tierra de por medio, silencio sepulcral en Maracaná y abatimiento entre el once tricolor.

Si de por si ya habían ansias en las filas del Fluzão, el marcador adverso las aumento. Buena muestra de este síntoma fue el clamoroso fallo de Washington, que desaprovechó una clarísima chance a los 10 minutos cuando cruzó excesivamente ante Cevallos cuando lo sencillo dada su posición era anotar. Un momento después una electrizante internada de Bolaños por la izquierda casi acaba en un 0-2 que hubiera sido lapidario, pero el balón no le llegó a Manso en las mejores condiciones, por lo que su escorzo para rematar no fue suficiente para encontrar los tres palos.

De la posible sentencia pasamos al empate de Thiago Neves, que con una genialidad dejaría por los suelos a Urrutia antes de colocar su disparo seco desde la frontal en las mallas de Liga. Apenas habían transcurrido 12 minutos y el partido prometía tantos goles y emociones como el disputado en la Casa Blanca la semana anterior.

El gol no cambió demasiado la dinámica del partido, desbocado cuando Fluminense gozaba de la posesión y más tranquilo cuando Liga se hacía con el esférico, intentando dormir el encuentro a la espera de un error en la zaga local para asestar otra puñalada. Pero fueron los brasileños los que en una jugada de pillos sacaron de banda (gracias a Júnior César) a la espalda de la defensa universitaria donde Cícero corría en solitario y acabaría regalando a Thiago Neves un pase con destino inequívoco de gol (mi’27). El 2-1llegó antes de lo esperado por Edgardo Bauza, que mantuvo la calma y no varió ni un ápice la disposición de los suyos.

Eso sí, la defensa del Merengue no tuvo una buena noche, especialmente Ambrosi, que apenas un par de minutos tras el segundo tanto brasileño cometió un penalti sobre Washington que de haber sido sancionado por Baldassi (pésimo arbitraje el suyo) hubiera podido suponer su expulsión y la culminación de la remontada carioca.

Daba igual, los tantos de la estrella del Flu habían supuesto un espaldarazo anímico que notaron tanto los jugadores sobre el verde como la hinchada en el graderío. Ahora Fluminense estaba algo menos acelerado, atacando a una defensa ecuatoriana que ayer no estuvo a su nivel habitual e hizo aguas por todos lados, circunstancia que no supieron aprovechar los brasileños debido a los excesivos individualismos de algunos de sus jugadores y la buena labor en el corte de Urrutia y Vera, de los mejores de Liga de Quito.

El juego a trompicones que exhibían los locales contrastaba con el eficaz desempeño del plantel ecuatoriano, que con la calma necesaria lograba encontrar siempre un resquicio en el que inmiscuirse entre la retaguardia del Fluzao. En una de esas jugadas bien elaboradas, una doble combinación de paredes entre Urrutia y Manso llevó la pelota a Bieler, que metió la puntita para estrellarla en el poste y devolver el miedo en el cuerpo a su rival. Hasta el descanso poco más iba a suceder.

Ya en la segunda mitad entró desde el inicio Dodô (o artilheiro dos goles bonitos) por el central Ygor para buscar más contundencia arriba. Poco tardó en demostrar su valía con sendas jugadas en las que mareó a su marcador y quedó cerca de anotar, especialmente la segunda de ellas cuando su disparo rebotó en un central de Liga y acabó besando el poste de Cevallos. Definitivamente Flu iba por la remontada, sin contemplaciones.

Hat-trick para Neves y final igualada

Uno de los momentos culminantes de la gran Libertadores a la que hemos asistido este año llegó sobre los 57 minutos del choque. Thiago Neves forzó la enésima falta sobre su persona y la transformó magistralmente con la zurda, haciendo inútil la estirada de Cevallos. El tercer gol del mediapunta carioca, que igualaba el global de la eliminatoria, lo consagraba como el que seguramente sea en estos momentos el mejor jugador que queda en el continente americano, en el que no debe quedarle mucho antes de un eventual traspaso a un grande europeo.

Desde ese momento Fluminense se acrecentó tanto (algo a lo que ayudó el repliegue defensivo visitante) que pese a su dominio lo más parecido a una ocasión de gol llegó en su propia meta, con otro disparo de Bieler a la madera. Darío Conca tuvo también su oportunidad con un buen lanzamiento lejano que despejó Cevallos cuando se colaba por el primer palo.

Ya no habrían más ocasiones, sino imprecisiones obra del cansancio que arrastraban ambos equipos, lo que les llevó inevitablemente a la prórroga.

Prórroga y penales
En el tiempo suplementario no hubieron demasiados sobresaltos hasta el tramo final de la segunda parte, cuando Bieler anotó el gol que hubiera supuesto el campeonato (mal anulado por Baldassi) y luego Cevallos evitó milagrosamente el poker de Thiago Neves, que hubiera culminado la remontada para los suyos. El fin de la prórroga llevó al drama de los 11 metros. Alcanzada la tanda de penaltis todas las miradas se tornaron sobre Fernando Henrique y Cevallos. El segundo de ellos se erigió en héroe no solo de su equipo sino de todo un país, haciendo historia y demostrando que los humildes también pueden alcanzar la gloria con buen fútbol y sentido táctico en un mismo combinado. Bravo por el técnico Edgardo Bauza, por los eléctricos Guerrón y Bolaños, por el fútbol champagne de Manso (auténtico cerebro del equipo), por los goles de Bieler, por la brega de Vera y Urrutia y por esa defensa y arquero que han hecho realidad el sueño de toda una nación. Ahora ¿porqué no reinar en el mundo? Próximo destino: Japón.