Algunas reflexiones acerca del Mundial de Clubes

Pedro Neto (Chelsea) pugna con Samuel Dahl (Benfica).

En estos días en que ha concluido la primera fase del Mundial de Clubes, habiendo comenzado ya unos octavos de final que están dejando de todo, traemos algunas reflexiones que nos arroja el torneo, tanto respecto a esta edición como a futuras: 

  • No era lo planeado para este artículo, pero vamos con una noticia que hemos leído esta mañana: se rumorea que Qatar querría organizar el torneo en 2029. A Gianni Infantino esto le hace chiribitas, ya que el símbolo del dólar le brilla en los ojos. Si sucediera, sería en invierno. Cada día que la FIFA sigue a cargo de ese tipo aumenta la ignominia. Ni los Derechos Humanos, ni las aficiones le importamos nada. Ojalá algún día, más pronto que tarde, semejante cínico abdique. Por el bien del fútbol.
  • Otra mala: el Benfica v Chelsea tuvo que suspenderse durante cerca de dos horas cuando el choque estaba cerca de su conclusión. Fue por riesgo de tormenta eléctrica. En Estados Unidos, ante una eventualidad así, la ley marca que esto es lo que debe hacerse. Nos parece bien que prime la integridad de las personas, sean los aficionados, integrantes de los clubes, trabajadores de los estadios, etcétera. Sin embargo, ha sido el sexto encuentro en el que se ha dado este hecho. Alguna medida debe tomar la FIFA, pues en el Mundial de selecciones, presumiblemente con mucho más público en las gradas, y con riesgo que uno de estos duelos afecte a otros equipos (sobre todo si hablamos del último partido de fase de grupos), el riesgo de biscotto, descontentos y protestas será muy superior al que mostró ayer Enzo Maresca.
  • Las gradas del Bank of America de Charlotte presentaron un aspecto muy pobre para todo un duelo entre Chelsea y Benfica, clubes Champions más que reconocidos, dos entidades que se pueden considerar sin problema entre los 12-15 mejores habitualmente del concierto europeo. En el Viejo Continente, un envite entre ellos probablemente habría llenado cualquier estadio. Queremos pensar que varios son los factores que aplican negativamente: por un lado, el auge del fascismo en Estados Unidos, que afecta sobremanera a los mayores fans del fútbol en ese país, es decir los hinchas latinos. Los precios iniciales de las entradas, que han ido rebajándose hasta un 90% con tan de mejorar la asistencia, tampoco ayudaron. Ni los horarios en plena jornada laboral. Otro punto a considerar es que en un país en el que no hablamos del deporte mayoritario, y donde la mayoría de sus millones de fans temen ser deportados si salen de su hogar, es difícil arrastras a aficiones de clubes para que acudan durante un mes, o al menos en torno a los 10 días de la fase de grupos siguiendo a los suyos. Incluso en el caso de hinchadas masivas como suelen ser las brasileñas, el coste de un viaje a un lugar que no es precisamente económico, ni agradable para el visitante, además de tratarse de una porción de los futboleros del país (y no de potencialmente muchísimos más cuando se trata de una selección), invita a pensar que al menos este torneo debería disputarse en naciones donde el fútbol es una pasión.
  • Por último una nota positiva: creemos que el torneo se va a asentar con el paso de los años. Ello implicará que tanto los clubes que han participado como los ausentes hagan lo posible por acudir a las siguientes ediciones. El razonamiento es sencillo, pues estar no solo conlleva un gran premio económico, también prestigio. Aunque hay quien hace de menos al Mundial, especialmente en Europa, sin lugar a dudas hinchas y directivos de Barcelona, Liverpool, Milan, Peñarol, Ajax, Zamalek, Independiente y demás grandes clubes históricos desearían ser ellos los que estuvieran en Estados Unidos. A diferencia del clásico Mundial de selecciones, esto obliga a todo club a mantener un nivel muy alto durante los periodos clasificatorios de 4 años. Dependiendo de la Confederación, quizá ser subcampeón no valga (caso de Oceanía si sigue arrasando Auckland City). En otras, es casi obligatorio ganar el torneo continental al no haber tantas plazas disponibles, como por ejemplo en Asia, cuyas cuatro plazas han sido asignadas a los tres campeones del periodo más Ulsan HD por ser el equipo con mejor coeficiente global. Eso sin alcanzar la final si quiera los surcoreanos, como sí lograron sus compatriotas del Pohang Steelers o los japoneses de Yokohama Marinos. En Europa es teóricamente más sencillo, ya que se asignaron 12 cupos para este Mundial ampliado. Eso sí, los hinchas de Liverpool o Barça, dos de los mejores de Europa en la 2024-25, quizá en vez de lamentarse, deberían empezar a pensar que ya esta campaña han comenzado a cimentar su participación en 2029 (en la que ya ha asegurado su lugar el PSG). Quizá no hoy, pues ni la situación sociopolítica ni la novedad estén ayudando, pero con el tiempo se valorará más lo que implica clasificarse al Mundial de Clubes.

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