Nueva cacicada de la FIFA: sin fútbol internacional a más de 2500 metros sobre el nivel del mar

Este fin de semana la FIFA ha aprobado una nueva norma que habrá de aplicarse en partidos internacionales, ya sean de clubes o selecciones, cuyo objetivo es que no se pueda jugar en estadios situados a más de 2500 metros por encima del nivel del mar. Evidentemente, esta reforma no afecta a ninguna selección ni club importante, sino ni se hubiera considerado. Pero en varios puntos del mundo, especialmente en los países sudamericanos de Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, esto supone un revés bastante importante, ya que los estadios situados a alturas considerables en los que juegan las selecciones nacionales de estos países así como clubes importantes de la zona como puedan ser Bolívar, Liga de Quito o Millonarios de Bogotá, suponen una ventaja considerable para ellos, amén de que estas ciudades, y por allende sus hinchas y pobladores no tienen la culpa de las características físico-geograficas de la zona.

El espíritu de esta nueva regla se supone que es proteger la salud de los jugadores que vienen de tierras situadas al mismo nivel del mar (o poco más), pero sienta un peligrosísimo precedente pues ahora uno de estos países afectados bien puede quejarse de jugar un Mundial en Rusia a 10º bajo cero o en Inglaterra con constantes lluvias y nieblas, o también por disputar una Copa América en Brasil con 40º de temperatura, tanto o más asfixiante que jugar en las alturas de los países ya mencionados como afectados. Para más inri, nunca se ha dado el caso de jugadores fallecidos o con graves problemas cardiorespiratorios tras jugar en estas canchas ahora vetadas, cosa que si ha sucedido en Brasil o en el continente africano, exponiendo claramente los ejemplos más evidentes.

Pero la FIFA no atiende a razones. Auspiciados por la influencia de Argentina y Brasil, que lo pasan mal cuando sus seleccionados o clubes visitan tales latitudes, Blatter ha tirado del ya clásico "Donde dije digo, digo Diego" para olvidar las palabras que dijo el 11 de Febrero de 2000 en La Paz (capital de Bolivia): "Yo nací frente a las montañas. Mi pueblo en Suiza está frente a los cerros más altos de Europa. Por eso la altura no me da miedo". Se puede tener más caradura pero no menos vergüenza. Esa afirmación reza en la foto que preside este post, una placa situada en los exteriores del estadio Hernando Siles (La Paz).

Para echar más leña al fuego, el fiel escudero de la Federación Internacional desde tiempos inmemoriales (si, si, hablamos de Pelé), ha manifestado que ellos (por los brasileños) siempre fueron los perjudicados, y que ya era hora de que se hiciese algo al respecto, además de no entender porque se tardó tanto tiempo en tomar la susodicha decisión. No sé que hubiera dicho si el club de sus amores, el Santos, estuviese en una ciudad entre las mencionadas en la norma y le afectase de tal manera que tuviesen que desplazarse 30000 hinchas cada vez que quisieran ver a su equipo jugar en la Copa Libertadores. Tampoco hay que ser muy listo para imaginarlo...

Por contra, ya han comenzado las reacciones por parte de los aficionados (foro de discusión entre internautas sudamericanos) y de las instituciones pertinentes para revocar lo que consideran una discriminación, con el presidente boliviano Evo Morales a la cabeza, que ha lanzado un dardo envenenado a la Confederación Brasileña declarando que "no sabía que Brasil tenía vértigo". Además, el presidente de la Federación Colombiana, Luis Bedoya, fue designado por el resto de afectados como cabeza de una delegación que partirá en breve a Suiza para lograr la revocación de la nueva norma.