Clásico de Avellaneda: GANAR O MORIR

Suena fuerte, quizá muy drástico, pero es 100% real. Para Racing Club su presente y futuro más próximos pasan por ganar como sea a su eterno rival mañana por la tarde en Liniers, donde Independiente hará las veces de local (debido a las reformas que sufre actualmente su estadio) en un ambiente tenso que esperemos que no acabe en más incidentes.

No queda otra, el puntaje acumulado nos ahoga pues son varios puntos de desventaja respecto a Colón, Rosario Central y Newells, los equipos que nos preceden en la tabla de promedio, además que ya solo restan 3 jornadas para la finalización de este Clausura 2008.

Pero la faena no será nada sencilla. Delante estará Independiente, uno de los mejores equipos del país que aún sueña con campeonar pese al buen colchón que tienen River y Estudiantes, aunque lo que más le pone al Rojo es mandar a Racing a la B. Para empeorar las cosas, la debilidad no solo moral sino futbolística de la Academia aumenta debido a la baja de Maxi Moralez, sancionado por acumulación de amonestaciones justo el día que más necesaria se antoja su participación.

Así pues pintan bastos para Racing, en una fecha en la que puede sellar su condena en la promoción o puede encauzar aún la salvación. A los jugadores solo un pedido: que demuestren en la cancha que merecen llevar esa camiseta, ese escudo que adorna su pecho y le pongan el sentimiento que la ocasión merece (como dirían los hinchas argentinos “pongan huevo”).

Mañana espero ver a un equipo grande jugar como un grande en las fauces de nuestro rival más grande. Así ha sido Racing toda su historia, y así es como debe responder ante Independiente. Toca sufrir, esperando por una vez una alegría.