Un partido...desde dentro (vol.2 y final)


Con más retraso del debido llega esta última entrega. Al final del volumen 1 nos habíamos quedado con el partido a punto de comenzar, vuestro corresponsal en la tribuna de redactores y los jugadores mediáticos del Atlético a unos cuatro metros de distancia, situados tras el palco....

Cuando se pasó el bullicio por la llegada de las estrellas colchoneras al palco, comenzaba la acción de verdad. A la entrada, a todos los miembros de la prensa nos habían facilitado una hoja que debería haber hecho las veces de dossier con información. Debería. De entrada vi como los periodistas profesionales, supongo que tirando de sus contactos sobre el césped, se hacían con el once inicial del Atlético, y de pronto recordé mis habilidades de (mal) universitario ante los exámenes de tipo test que parecían preparados por el peor de mis enemigos, copiando con el rabillo del ojo. Mi interés no era malicioso, simplemente quería poder decirle a mi amigo presente en la grada el once que iba a sacar el Atlético. Pero, como diría Earl Hickey, el karma me iba a enseñar que eso de copiar no estaba bien, y me puso a prueba acto seguido. La alineación del conjunto local no cuadraba en absoluto, y los periodistas "forasteros" comenzaron a preguntarme si yo les podía decir quienes eran los que estaban sobre el cesped.

Si pequé de algo, desde luego, no fue de mentiroso, les dije los dos o tres que conocía pero del resto no podía asegurar nada. Asi que más o menos entre todos conseguimos sacar el once local. La cara que puso alguno al oir mi respuesta ("pues la verdad es que no puedo ayudar mucho") fue un poema, tanto que no tardó en vengarse. Aprovechando mi posición, me propuse hacer de la necesidad virtud, y hacer una foto con el saludo de los dos equipos antes del inicio del choque, para ilustrar la noticia en el periódico.Momento que aprovechó mi "tiquismiquis" compañero para soltar:

- Menudos objetivos traen las cámaras de hoy en día!

A lo que alguno respondió con una carcajada, aunque tampoco nada del otro mundo, ni con malicia. De hecho yo también me reí , imaginándome su punto de vista, aunque supongo que de haber sido algo más joven me hubiera sentado bastante peor. Y con todo ello, la foto no salió mal del todo, nada espectacular, pero si útil.

Respecto al partido en sí, la primera parte transcurrió entre alguna oportunidad para ambos equipos y un sol de justicia...que nos dejaba, a la tribuna principal, prácticamente sin poder ver nada del desarrollo del choque sin usar la mano a modo de visera, incluso a aquellos ataviados con gorra como el jóven aficionado de la foto.
Después las crónicas reflejaron un gran partido de Reyes y de Jurado, obviando el buen rendimiento de Cleber Santana, para mi el mejor del choque, pero bueno, cuestión de gustos, supongo.

Y llegó el descanso con O-1 a favor del Atlético, y mientras empezamos a charlar mi compañero de pupitre y yo, se lio la marabunta, casi literalmente. Comenzaron a llegar decenas y decenas de niños y adolescentes en busca del autógrafo perdido. Literalmente, nos sitiaron, teníamos dos filas delante, y dos detrás, de personas, en un espacio de unos tres metros de ancho, amén de una fila de Policias Nacionales (el más bajito yo calculo que mediría 1'90 ) controlando todo. De los jugadores, cabe destacar el papel de Forlán, Maxi y Sergio Asenjo, quienes no pararon de firmar durante bastante rato, mientras que otros como Simao y Aguëro cumplieron -lo justo- para volver a encerrarse en la cabina. Pero el auténtico jefe fue Heitinga. El central holandés parecía disfrutar de su papel de "no mediático" y aprovechó para merendarse un bocadillo de chorizo, bastante generoso, mientras observaba a los tres mencionados romperse la muñeca. Me pareció una imagen de lo más humana que se puede retratar de un futbolista, tan habituados como estamos a que se nos muestren en lujosos vehículos o en cenas de gala, reconforta ver que un buen bocata de chorizo también les complace...al fín y al cabo solo son chavales de más o menos nuestra edad, aunque a veces se nos olvide.

Finalmente la policia comenzó a decirle a los "mediáticos" que no firmaran más y con un poco de seriedad consiguieron que la gente fuera volviendo hacia sus asientos, aunque más de uno intentó quedarse por allí en lo que los jugadores no se "resguardaran", cosa normal, supongo. Con todo este jaleo el descanso se me pasó volando, y a punto de comenzar la segunda parte, con cambios en los dos conjuntos: de nuevo solo podía asegurar un par de los jugadores locales, aunque sus dorsales no cuadraran con la hoja que mencionaba antes. El partido en si no varió en exceso, el Colmenar se aproximaba de cuando en cuando en jugadas a balón parado y el Atlético cogía algo más la manija del partido, gracias al empeño de sus canteranos, fruto de lo cual lograría dos nuevos goles.

Cuando ya no quedaban más de diez minutos en el partido, iba siendo hora de irme con mis conocidos, asi que pensé que teniendo a Forlán a unos metros y siendo mi amigo Víctor un admirador de su juego, qué menos que intentar que me dedicara un autógrafo para este. El subconsciente me trató de engañar (y lo consiguió, vaya) recordándome alguna imagen vista por televisión con jugadores firmando alguna foto a periodistas antes del comienzo de una rueda de prensa, asi que decidí que lo mínimo era intentarlo. La cuestión era que desde el descanso, el grupo de policías nacionales no se habían movido, y se interponían totalmente en mi trayectoria hacia Forlán, por lo que pensé que antes de hacer el ridículo y que me echarán de allí, lo mejor sería preguntarle al compañero de la agencia Efe, sin duda. La experiencia es un grado, sobre todo cuando uno no la tiene. Amablemente me dijo que lo más probable fuera que no me dejaran llegar hasta el charrúa, pese al pase de prensa. Aún así me quedó un halo de esperanza cuando me dijo que le diera la acreditación y el rotulador para que lo fueran pasando los otros compañeros de la prensa hasta llegar a él, recordemos que yo era el último de la fila. Le insistí en que era, para mí, importante que estuviera dedicado, y así vi como una fila de periodistas iban pasando mi acreditación de mano en mano con un acompasado:

- Que lo firme Forlán, dedicado a Víctor.

Hasta que en el inició de la fila, una chica rubia, de unos treinta años, provocó el autógrafus interruptus.
- NO.

Así, en mayúsculas, sin prisa y sin pausa. Esa persona era la responsable de prensa del Atlético, tal y como me habían informado un rato antes, y le debió parecer inoportuno el asunto, cosas. Pero bueno, al menos lo había intentado, qué demonios. Como ya no quedaba prácticamente nada de tiempo, decidí retirarme a buscar a mi chica, quien me había dicho que había conseguido entrar al estadio y contarle de primera mano todo esto, y de paso quitarme el presumible follón que volvería a prepararse con los aficionados más jóvenes buscando el autógrafo de sus ídolos. Por lo tanto, recogí mi equipo de periodista (la acreditación, los folios y el boli), me despedí de mi compañero con un apretón de manos, y ahí acabó mi primera experiencia de periodista que, todo sea dicho, me resultó muy divertida y hasta cierto punto ilusionante; si el corresponsal de Efe me comentó que había empezado más o menos como yo, escribiendo en la prensa local...quién sabe.

Espero no haberos aburrido.

Saludos Cafeteros!

(fotografías: Juan Pedro Nonay)

Comentarios

Estoja ha dicho que…
Muy bueno el artículo.

Me quedo con Heitinga y su bocata, ¡qué grande! tenías que haberle hecho una foto ;-p
Martín ha dicho que…
Ya veo que los defensas del Atleti le dan a la comida sana...

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