De la gloria al espanto en veinte segundos
Hace un mes, en el trascendental (de cara a la clasificación para los octavos de la competición) encuentro de Champions disputado en Turín entre la Juve y el Bayern, pudimos ver como Hans- Jörg Butt, guardameta del equipo germano, lograba de penalti la igualada (se habían adelantado los locales con gol de Trezeguet), el primer paso hacia la remontada y la posterior humillación italiana tras el uno a cuatro final.
Curiosamente, no era la primera vez que el arquero alemán horadaba las mallas de la vecchia signora. De hecho, se trataba de la tercera ocasión que lo lograba, con el añadido de que en cada una de las ocasiones, disputaba la champions con un equipo distinto.
Y es que la larga carrera del veterano cancerbero (35 años) le ha llevado del Hamburgo al Leverkusen para terminar (a una edad en la que otros o están retirados o están pensando en hacerlo) en el mas grande de los clubes del país.
Internacional alemán (aunque en escasas ocasiones y siempre en amistosos), una de sus características mas destacadas es su facilidad anotadora, que le ha llevado a conseguir mas de 20 goles en la Bundesliga a lo largo de su carrera (la gran mayoría en el Hamburgo, donde en la temporada 99-2000 llego a marcar nueve tantos).
Sin embargo, el gol que más famoso le hizo (sin duda, a su pesar), fue uno logrado cuando militaba en las filas del Bayer Leverkusen.
Pongámonos en antecedentes. 24 de abril del 2004, en una de las jornadas finales de la Bundesliga. El Bayer, que a la postre finalizaría tercero en una liga ganada por el Werder Bremen, viajaba a Gelsenkirchen.
El partido comenzó bien para los de la aspirina, que se adelantaron en el marcador a la media hora con gol de Berbatov. Tras el descanso, el Schalke lograba la igualada en el 56, pero un cuarto de hora después Schneider lograba el segundo de los visitantes.
Y aquí comienza el Show. Minuto 75, penalti a favor del Bayer, en lo que podía significar casi la sentencia del choque. El encargado de tirarlo, nuestro protagonista. Toma carrera, y con la diestra lanza un tiro ajustado al lado izquierdo de la portería.
Gol.
A partir de ahí, la celebración. Corre agitando y subiendo los brazos, abraza a un compañero que le salta encima, choca sus manos con otros, es sujetado-abrazado en una especie de sándwich por otro par, vuelve a ser abrazado por un ultimo colega y a partir de ese momento ya corre, Libero per sempre, hacia su meta, volviendo a alzar sus brazos y aplaudiendo…es entonces, cuando esta entrando en el área, cuando algo debe oír, porque se gira, mira hacia atrás y…vemos como su cabeza hace el seguimiento de la trayectoria del esférico, hasta que este se cuela indecentemente dentro de la portería.
Posiblemente esos veintitantos segundos de carrera hacia la meta, sean uno de los ridículos más espantosos de la historia del fútbol, una especie de cabalgada desde la gloria a la humillación, la muestra más perfecta de lo efímero del éxito en el mundo del fútbol. Al menos, no se les escapó la victoria, y el gol de los azules solo sirvió para maquillar el resultado.
Lo mejor del video son, sin duda, los últimos cinco segundos, prefiero, en lugar de contároslo, que lo veáis…esas caras, esos rostros, los sentimientos que reflejan…en casos como este, sin duda, una imagen vale más que mil palabras…
Curiosamente, no era la primera vez que el arquero alemán horadaba las mallas de la vecchia signora. De hecho, se trataba de la tercera ocasión que lo lograba, con el añadido de que en cada una de las ocasiones, disputaba la champions con un equipo distinto.
Y es que la larga carrera del veterano cancerbero (35 años) le ha llevado del Hamburgo al Leverkusen para terminar (a una edad en la que otros o están retirados o están pensando en hacerlo) en el mas grande de los clubes del país.
Internacional alemán (aunque en escasas ocasiones y siempre en amistosos), una de sus características mas destacadas es su facilidad anotadora, que le ha llevado a conseguir mas de 20 goles en la Bundesliga a lo largo de su carrera (la gran mayoría en el Hamburgo, donde en la temporada 99-2000 llego a marcar nueve tantos).
Sin embargo, el gol que más famoso le hizo (sin duda, a su pesar), fue uno logrado cuando militaba en las filas del Bayer Leverkusen.
Pongámonos en antecedentes. 24 de abril del 2004, en una de las jornadas finales de la Bundesliga. El Bayer, que a la postre finalizaría tercero en una liga ganada por el Werder Bremen, viajaba a Gelsenkirchen.
El partido comenzó bien para los de la aspirina, que se adelantaron en el marcador a la media hora con gol de Berbatov. Tras el descanso, el Schalke lograba la igualada en el 56, pero un cuarto de hora después Schneider lograba el segundo de los visitantes.
Y aquí comienza el Show. Minuto 75, penalti a favor del Bayer, en lo que podía significar casi la sentencia del choque. El encargado de tirarlo, nuestro protagonista. Toma carrera, y con la diestra lanza un tiro ajustado al lado izquierdo de la portería.
Gol.
A partir de ahí, la celebración. Corre agitando y subiendo los brazos, abraza a un compañero que le salta encima, choca sus manos con otros, es sujetado-abrazado en una especie de sándwich por otro par, vuelve a ser abrazado por un ultimo colega y a partir de ese momento ya corre, Libero per sempre, hacia su meta, volviendo a alzar sus brazos y aplaudiendo…es entonces, cuando esta entrando en el área, cuando algo debe oír, porque se gira, mira hacia atrás y…vemos como su cabeza hace el seguimiento de la trayectoria del esférico, hasta que este se cuela indecentemente dentro de la portería.
Posiblemente esos veintitantos segundos de carrera hacia la meta, sean uno de los ridículos más espantosos de la historia del fútbol, una especie de cabalgada desde la gloria a la humillación, la muestra más perfecta de lo efímero del éxito en el mundo del fútbol. Al menos, no se les escapó la victoria, y el gol de los azules solo sirvió para maquillar el resultado.
Lo mejor del video son, sin duda, los últimos cinco segundos, prefiero, en lugar de contároslo, que lo veáis…esas caras, esos rostros, los sentimientos que reflejan…en casos como este, sin duda, una imagen vale más que mil palabras…
Comentarios
De todos modos, creo que en este caso, la culpa no es de Butt, si no de sus compañeros si hubieran estados atentos: Simplemente con quedarse alguno en el area del equipo rival, para evitar que sacaran hasta que volviera a su porteria, se hubiera evitado el ridiculo.
Asi que el ridiculo debe estar compartido por todo el equipo(si no he contado mal, hasta 8 jugadores se acercan a distraer-saludar al guardameta).
Pero hablando del Bayern, ¿por qué no apuestan por Rensing? ya basta de vejetes.
Saludos desde Futbolísticamente Incorrecto.
Saludos desde La Pizarra