El loco y adorable fútbol brasileño
Así recibió la hinchada a At.Paranaense |
Salvando más o menos las distancias, algo así sucede este año en Brasil, donde a todo cuesta encontrarle una explicación relativamente lógica pero todo se comprende mirando abajo, al césped, donde vemos gloriosas camisetas muy por debajo de sus pretensiones históricas penando ante las descaradas revelaciones de cada año que hacen prácticamente imposible realizar un pronóstico certero a principios de temporada de lo que ocurrirá en los siguientes meses.
Y sin embargo hoy no hablaremos directamente del Brasileirão, sino de dos encuentros de dos competiciones paralelas como la Copa do Brasil y la Copa Sudamericana. En la primera de ellas se enfrentaban Atlético Paranaense y Flamengo en la ida de la final. El Furacão, cuya campaña le ha llevado a pugnar en la zona noble de la Serie A (es 4º actualmente) está realizando un curso sublime. Éderson, Paulo Baier, Éverton o Marcelo Cirino tienen a los de Curitiba soñando con regresar a una Copa Libertadores para la que tienen la ocasión de entrar como parte del G4 o campeones de Copa. O quedarse sin nada.
Sería paradójico que tras la excelente temporada de los hombres de Vágner Mancini se quedasen sin nada, más aún teniendo al convulso Flamengo. O mais querido do Brasil vive otro curso agitado en el que tan pronto ha pasado de encontrarse cerca del descenso a soñar con la Libertadores. La Copa puede ser su tabla de salvación para cerrar una etapa negra para una entidad cuya última gran alegría fue la liga de 2009 con Petkovic y Adriano en sus filas (Estadual 2011 aparte). Destituciones, malos momentos en el vestuario, tensión de la hinchada con la directiva... y curiosamente un interino como Jayme de Almeida, que agarró un barco a la deriva tras la salida de Mano Menezes y lo tiene a un partido del regreso a la gloria que supone tanto un título tan valorado en Brasil como el regreso por la puerta grande a la mejor competición sudamericana de fútbol.
La fortuna además sonrió al Fla, y no porque fuera inferior a su rival, que se adelantó con un gran gol de Marcelo Cirino, sino porque igualó la contienda con un zapatazo imparable de Amaral, que pese a debutar en 2007 (en el modesto Quissamã) anotó anoche su segundo tanto como profesional. ¡Y qué gol! La semana que viene Maracanã dictará sentencia, con la hinchada del Mengão ansiosa por disfrutar de nuevo de un título de los suyos... con permiso del Furacão,claro.
Otro de los choques que merecen atención fue la ida de las semifinales de la Copa Sudamericana entre el poderoso São Paulo FC y la Ponte Preta. El Tricolor, cuyo año estaba siendo hasta hace poco tan nefasto que se temía por su permanencia, seguía vivo en la competición de la que es vigente campeón, dejando por el camino a rivales poderosos como la U.Católica de Chile o el At.Nacional colombiano. Ya en la penúltima ronda esperaba un rival a priori asequible. Viejo conocido del fútbol paulista, el Macaca se encuentra a las puertas del descenso a segunda, si bien en el torneo continental ha ido superando rivales (el último Vélez Sarsfield en Liniers) hasta plantarse inesperadamente ahí. ¿Qué sucedió anoche? Varias cosas extraordinarias, como un gol de Paulo Henrique Ganso. ¿Algo más? Sí, la Ponte Preta, el segundo club (en actividad) más antiguo de Brasil derrotó a su vecino gigante por 1-3, quedando a las puertas de su primera final internacional (algo que ya hiciera Goiás en 2010 con triste desenlace).
En apenas unas semanas podría darse una extraña paradoja en Brasil: que los únicos clubes de Río y São Paulo presentes en la próxima Copa Libertadores fueran el eterno perdedor Botafogo y el seguramente descendido Ponte Preta. Claro que Flamengo y São Paulo FC aún tendrán algo que decir para revertir una tendencia cada vez más clara: ni los grandes son tan fuertes (Vasco y Fluminense pelean por no descender) ni los humildes lo son tanto.
Por cierto, Palmeiras regresa a la Serie A como campeón. Ya había ascendido hace días, pero no está de más recordarlo. Por ahora le acompañará el sorprendente Chapecoense, que ha pasado en apenas 4 años de la cuarta categoría a la más importante. ¿Serán capaces de emular un curso como el del At.Paranaense que también llegó de la B este año o apenas un sueño fugaz? En Brasil, donde todo es posible, nunca se sabe quién puede sorprenderte.
Sería paradójico que tras la excelente temporada de los hombres de Vágner Mancini se quedasen sin nada, más aún teniendo al convulso Flamengo. O mais querido do Brasil vive otro curso agitado en el que tan pronto ha pasado de encontrarse cerca del descenso a soñar con la Libertadores. La Copa puede ser su tabla de salvación para cerrar una etapa negra para una entidad cuya última gran alegría fue la liga de 2009 con Petkovic y Adriano en sus filas (Estadual 2011 aparte). Destituciones, malos momentos en el vestuario, tensión de la hinchada con la directiva... y curiosamente un interino como Jayme de Almeida, que agarró un barco a la deriva tras la salida de Mano Menezes y lo tiene a un partido del regreso a la gloria que supone tanto un título tan valorado en Brasil como el regreso por la puerta grande a la mejor competición sudamericana de fútbol.
Héroe por un día |
Otro de los choques que merecen atención fue la ida de las semifinales de la Copa Sudamericana entre el poderoso São Paulo FC y la Ponte Preta. El Tricolor, cuyo año estaba siendo hasta hace poco tan nefasto que se temía por su permanencia, seguía vivo en la competición de la que es vigente campeón, dejando por el camino a rivales poderosos como la U.Católica de Chile o el At.Nacional colombiano. Ya en la penúltima ronda esperaba un rival a priori asequible. Viejo conocido del fútbol paulista, el Macaca se encuentra a las puertas del descenso a segunda, si bien en el torneo continental ha ido superando rivales (el último Vélez Sarsfield en Liniers) hasta plantarse inesperadamente ahí. ¿Qué sucedió anoche? Varias cosas extraordinarias, como un gol de Paulo Henrique Ganso. ¿Algo más? Sí, la Ponte Preta, el segundo club (en actividad) más antiguo de Brasil derrotó a su vecino gigante por 1-3, quedando a las puertas de su primera final internacional (algo que ya hiciera Goiás en 2010 con triste desenlace).
En apenas unas semanas podría darse una extraña paradoja en Brasil: que los únicos clubes de Río y São Paulo presentes en la próxima Copa Libertadores fueran el eterno perdedor Botafogo y el seguramente descendido Ponte Preta. Claro que Flamengo y São Paulo FC aún tendrán algo que decir para revertir una tendencia cada vez más clara: ni los grandes son tan fuertes (Vasco y Fluminense pelean por no descender) ni los humildes lo son tanto.
Por cierto, Palmeiras regresa a la Serie A como campeón. Ya había ascendido hace días, pero no está de más recordarlo. Por ahora le acompañará el sorprendente Chapecoense, que ha pasado en apenas 4 años de la cuarta categoría a la más importante. ¿Serán capaces de emular un curso como el del At.Paranaense que también llegó de la B este año o apenas un sueño fugaz? En Brasil, donde todo es posible, nunca se sabe quién puede sorprenderte.
Comentarios
Saludos.
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Mary,
Un saludo